El hombre se dirigió hacia la puerta, mi mano se tensó hacia el aparador que había a mi lado. Me movía con elegancia, aunque con gestos algo mas rápidos que de costumbre, y con la diestra tomé un candelabro de tres velas que reposaba tranquilo sobre la mesa...

Las velas bailotearon como una estela del camino que iban a llevar...

El hombre seguía acercándose, y en un momento mi mano pareció moverse por deseo propio, todo me parecía lejano aún, y con un latigazo tensado de mi brazo, y un rasgueo de las ropas el candelabro fué arrojado hacia el rostro de Kyle que ya no estaba lejos...

Este parecía tan o mas ausente que yo, con lo que era muy posible que no hubiese previsto el golpe. no era solo el dolor del candelabro si no las llamas y la cera derretida que había salpicado...

El ruido del candelabro al resonar contra él, y una vez había caido al suelo se oyó como el eco de una campana pequeña en mis oídos, y mi mirada se fijó en Kyle de nuevo. Con aparente suavidad la puerta se cerró, sin embargo lo que ocurrió en realidad fué un portazo... un portazo severo, tan fuerte que casi desencajó las puertas de su sitio...

Mis pupilas seguían contraídas, tanto que parecían haber desaparecido dejando una mirada pavorosa de pura furia. Aún sin control sobre mi misma mi mano se enroscó con fuerza sobre el bastón perla, desenfundándolo y dirigiéndolo hacia la posición de Kyle...

Casi miré horrorizada mi mano, como si no fuese capaz de controlarla, pero mi expresión de furia aparentaba otra cosa... Parecía plenamente consciente, envenenada pir la ira...

La perla soltó un destello, el destello que procedía de la carga de energía sobre mi cristal focalizador...¿Estaba ...cargando un hechizo?...

El muchacho parecía inquieto por algo, si bien podía imaginarme el motivo, preferí dejarlo a la imaginación. Me dediqué a seguir caminando pro el convento con suavidad, hasta que llegamos al pasillo que daba a nuestras habitaciones. Era poco probable que hoy nos molestaran los ruidos, ya que al parecer habían ido a dormir temprano, de modo que no había riesgo de perturbar nuestros sueños...

Caminé hasta la puerta de la habitación que abía asignado a Darrius y le permití pasar primero, abierndo la puerta... Una vez se puso bajo el marco de la puerta le tomé la mano para girárle lentamente y que me mirara...

Con una leve sonrisa posé mi otra mano, la izquierda sobre su mejilla y me acerqué a él, depositando un suave y leve beso sobre la comisura de sus labios para luego soltarle con suavidad y dirigirme hacia mi habitación...Si bien después de un par de pasos mi voz melodiosa sonó un segundo...

-Os deseo buenas noches, y hermosos sueños, Darrius...- dije tomando mi pierta y perdiéndome en ella, en las profundidades de mi habitación...

Después de desvestirme y quedarme solo con el camisón me tumbé bajo las suaves mantas, al ritmo que mi respiración acompasada se iba volviendo cada vez mas leve, perdiéndome en un mundo de sueños en manos de Ashunera...

[FDP: Podemos dar por terminado el psot del primer día por mi parte. continuaremos en el siguiente a no ser que quieras continuar ^^]

Agradecí al muchacho el cumplido con una sonrisa y un asentimiento, y pronto me puse a recoger los platos y demás. No tardé demasiado, ya los fregaríamos mañana... Tomé una frambuesa de una cesta de fruta que había allí y la mordí con elegancia, luego tomé otra y otra más... si el muchacho deseaba ya las tomaría...

Poco después de adecentar finalmente la cocina me dirigí a la puerta, invitando a Darrius a que me acompañara, y comenzamos a caminar con calma por el monasterio. Andé con suavidad y lentamente, pero en silencio, escuchando solamente el ruido de nuestros zapatos sobre el pavimento del monasterio, que a esas horas creaba un eco que a muchos hubiera puesto los pelos de punta, peor a mi me parecía acogedor...

Yo permanecí en silencio, andando calmadamente, casi como en un ritual, mientras avanzábamos por los pasillos del monasterio...

Entrechoqué mi copa con la suya, sin hacerle esperar...

Desde luego su petición había sido la mas acertada, y deseé con todo mi corazón que Ashunera le oyese... Lo deseé con tanta fuerza que debía ser verdad que ella me estaba escuchando...

-Por las personas de buen corazón que aun quedan...- dije repitiendo el brindis casi en un susurro...

Desde luego no eran muchas, pero ponto lo serían o acabaríamos muy mal todos, sin excepción, sobretodo por culpa de las guerras estúpidas...

¿que nos parecíamos mucho?...

Era lo mas curioso que había oído, desde luego. Donde nosotros vivíamos a un hombre como él si se le hubiera ocurrido medirse con nosotros habría sido castigado, seguramente. en la corte le hubieran tratado como sirviente o algo peor, sin embargo tenía razón...

nuestra forma de pensar, de ver el mundo, de actuar y de referirnos a los demás era muy parecida, mas de lo que podía decirse... De hecho me parecía mas a él que a la mayoría de nobles pompososo que poblaban las cortes de malas intenciones...

-Aun hay alguna esperanza entonces...-dije con una leve risa musical...

Si, aún podíamos creer... debíamos tener fe en la humanidad, por que si no estaba claro que estábamos condenados...

Todas las desgracias venían en el mismo momento. ¿por qué tenía que haberle pasado aquello a mi hermana, justo ahora?...

Me alegraba de que fuese a tener un hijo, al menos hasta cierto punto. Quizá eso acabara en cierto modo con el aspecto de su vida en el que  la seducción era su mejor virtud, o puede que solo empeorara las cosas, en cualquier caso iba a ser tía y eso me alegraba...

Pero no pude soportarlo mas, cuando entré en el monasterio vinieron a buscarme, como si la propia Ashunera se hubiese manifestado para decirnos algo...

A mi hermana le había sucedido algo, se oían los gritos apagados por los pasillos. Ordené tajanemente que me dejasen eso a mi, que me dejaran sola con ellos yq eu yo lo resolvería...

El pasillo estaba por completo vacío, todos habían dejado esa zona del monasterio, y los gritos difusos pronto se convirtieron en alarmntes gritos que concretaban cosas que no me gustaban nada... Fué en aquel momento cuando los comentários doloridos del hombre se hicieron paso en mi cerebro como un rayo...

Abortar...

Sentí aquello como una puñalada en el corazón, sentí verdaderamente una punzada y me quedé sin respiración... La sensación fué tan intensa que todo se congeló por un segundo y un sin número de emociones afloraron desde lo mas hondo de mi ser...

Sentí como mi confianza, mi cariño y mi comprensión se quebraban contra el suelo como el ruido de un cristal desquebrajado, oí mi sangre fluir en una extraña imagen de Kyle abandonando a mi hermana a su suerte por puro egoísmo...En el mas absoluto estado de autismo fuí camiando hacia la puerta, mientras todo a mi alrededor se tornaba lúgubre y oscuro, cercano de un mundo cruel que pensaba que solía aguardar fuera de esas cuatro paredes que conformaban un hogar perfecto...

Tomé las manijas de la puerta de la habitación en la que estaba mi hermana...

Todo me parecía como una ensoñación lejana, los sonios ahora me llegaban distantes y ni siquiera me di cuenta de lo horrorizado de mi expresión que se relajó mostrando frustración, apretando contra mis manos las manijas de la puerta, hasta hacerme pequeños cortes por la presión en las manos...

Apreté los dientes, todo ello sin darme la mas mínima cuenta, estaba por completo fuera de mí, ni siquiera conseguía pensar con claridad, pero había algo que ahora me guiaba...

Algo que me abrazaba cálidamente, lo que me ayudaba a seguir moviéndome, lo que a pesar de mi estado de completa ausencia me había guiado como por milagro frente a la habitación de mi hermana...y era la mas sobrecogedora y espectacular de las Iras...

Ni los dioses, con todas sus plagas habrían llegado a aquel estado en todos los tiempos que el mundo hubiese conocido. Mi mera presencia era un advenimiento del terror mas profundo...solo comparado al apocalipsis del mundo...

Abrí las manijas con suavidad, la puerta crujió mientras se abría por ambos lados, y mi expresión, fuera dedenotar mi furia era completamente ausente. La luz dibujó una extraña sombra en mis rasgos, endureciéndolos, mis ojos se tornaron tan fríos que hasta la muerte habría huido de ellos, y miré hacia la pareja que se encontraba delante de mi...

Sin ser apenas capaz de reconocerlos, en aquel momento no importaba quien eran, importaba que sentía una ciega ira homicida, y que alguien tenía que pagarlo...

Seguí con mi pose serena, escuchando lo que decía el muchacho.

-Desde luego sois alguien extrañamente sincero Darrius... me place haber tenido el placer de conoceros, en estos tiempos que corren me onrará decir que aún quedan hombres honorables...a los que conoci pro experiencia propia...- tomé otro poco de vino.

Desde luego era un cambio agradable...

Para que luego Medea dijese que no se podía confiar en lso vagabundos y en la gente... Aún quedaba un atisbo de comportamiento que salvaría la humanidad... Eso daba esperanzas...

¿Que había hecho?...

Lo que se exgía de cualquier caballero con intenciones puras y corazón amable y honesto...

-Habéis hecho lo que no mucha gente en estos tiempos, comportáos cortesmente, de forma educada y cumplidora. Honorablemente, sin pedir nada a cambio que no os correspondiera, aunque ello significara no tener nada...-dije severa...

Aquello lo había dicho con convicción y seriedad, por que para mi era importante...

No era facil sacarme cumplidos como aquellos...

No dejé de sonreir nte esa afirmación...

Desde luego podía mostrarse contento, no cualquiera tenía el privilegio de compartir catre conmigo, si es que lo ocurrido esta tarde podía denominárse así...

Seguí tomando mi cena con calma y con bocados elegantes, discretos y parsimoniosos. Disfrutando de la comida y la compañía con la suavidad de la lumbre del hogar iluminando la estanci, así como su calor tibio suavizaba la tirantez del cuerpo. Una verdadera delicia...

-Entended que tenéis un trato preferente...no cualquier invitado goza ye los privilegios que habéis tenido vos...- dije con serenidad.

Tome di copa y bebí un sorbo calmado mientras aguardaba su respuesta...

Comimos en silencio durante un rato, solo oyendo el crepitar de la hoguera. Degustaba mi plato con suavidad sin dejar de lado las necesidades del muchacho, como rellenar su copa o alcanzarle algo si le hacía falta antes de pedirlo...

En eso se basaba ser una buena anfitrionao saber de lso deseos de los invitados antes que ellos, pero sin llegar a ser agobiante...

En seguida le dirigí una mirada encantadora, con una leve sonrisa y me dirigí a el en un tono casual...

-¿Habéis disfrutado de vuestro primer día en el monasterio?...-dije sin perder la sonrisa.

Continuaba comiendo suavemente mientras contestaba, procurando mirarle y ver sus recciones ante aquella pregunta que podía parecer de lo mas inocente...

Seguí cocinando alejando algo la olla del fuego, no fuera a ser que se pasase la carne. En ese momento el muchacho preguntó...

-Si, espero que tengas buen estómago...-dije con una sonrisa mientras dejaba reposar la oya un segundo y asaba un par de patatas al fuego residual de la chimenea...

En cuanto estuvo listo serví lso respectivos platos, de muy bunea presentación y tomé asiento ante darrius. Serví vino en su copa y en la mía, y levanté la copa en señal de brindis...

-Que aprobeche...-dije con una sonrisa esperando el entrechocar de las copas.

Calenté algo de pan al fuego. Mientras preparaba algo de caldo, que en noches tan frescas como esas iba estupendamente para caldear los huesos y templar el espíritu...

Tambien preparé algo de carne con ajo y algunas hiervas, que le daban un aroma y un sabor delicioso... Esperaba que el muchacho disfrutase de la cena, de modo que continué con mi trabajo con esa actitud impertérrita y concentrada de quien se entrega a su trabajo...

cuando terminé y en el momento en el que iba a coger el pomo de la puerta sonó el repiqueteo de mi invitado por el otro lado, de modo que abrí la puerta y saludé al muchacho con una sonrisa...

Era ya tarde así que nos dirigimos a la cocina con intención de tomar algo de cena, ya que a pesar de todo la actividad de esta tarde había abierto el apetito...

No tardé en sacar los útiles y poner de nuevo la mesa, con una actitud algo distante, como si en cierto modo esta tarde no hubiese pasado nada...

Después devestirme y comprobar que todo estuviese bien me calcé, y luego me senté sobre la cama con el cepillo y lo paseé por mi suave melena...

Para tener un pelo así había que cuidarlo mucho, y descuidar un pelo como el mío era un problema, demasiado fino como para dejarlo sin cepillar, de tal forma que a la mañana siguiente de dormir ya me costaba desenrredarlo, y mi imagen debía ser un reflejo de lo que era...

Una clériga...una gran clériga...

Carisma, seguridad, saber estar...

Sin poder evitarlo tarareé una antigua canción que mi madre nos cantaba de pequeños, quizá fué lo único bueno que mi madre hizo por nosotras, criarnos con todo el cariño del que fué capaz... Hasta que fuimos lo suficientemente mayores como para despojarnos del hogar...

Seguí cantando mientras pasaba el suave cepillo entre mi pelo, que caía liso sobre mi espalda, mientras esperaba que el muchacho pasase a recogerme, o acabar para ir a buscarle...

Despues de ponernos de camino en silencio no tardamos en llegar. A veces me daban escalofríos por las leves brisas de aire, pero pronto se pasaban para dejar paso a una extraña sensación de tranquilidad...

Podría acostumbrarme a esto...

Entramos en el convento por la puerta principal, y me despedí de Darrius para que cada uno fuese a su cuarto a cambiarse. El hombre del desierto no traía mas ropa que la suya, asiq ue le acompañé a su habitación y le cedí uno de los trajes de viaje de nuestros monjes...

No eran mas que unos bombachos, un fajín, una camisola ligera blanca y una capa, pero esperaba que fueran de su agrado y comodidad. Me dirigí a mi cuarto y me tomé con tranquilidad. Me aclaré el cuerpo con la toalla y un aceite especial, para que no se resintiera por el frío....

Colgué la ropa en una silla cerca del alféizar de la ventana y luego saqué ropa limpia. Era cómoda, un hábito, para estar dentro del convento, era un simple vestido blanco con una capa blanca y arreglos dorados. Preciosa y cómoda... apropiada para la ocasión...

[FDP: este es el vestido:http://cloudinfo.files.wordpress.com/2008/10/nun.jpg]