There goes my hero [Tharia][+18]

[Tharia]

Le sorprendió un poco que Kyle se tumbara, aunque también así podría ver sus ojos, mirara hacia donde mirara, aunque lo tuvo muy fácil, pues parecía que el joven buscaba encontrar los suyos. Aún con el cambio de posición, no quiso deshacer la unión de sus cuerpos... Era demasiado agradable. Podría pasarse horas nadando en esa pareja de oceanos, limpios y claros. Habría hombres más fuertes o hermosos, pero para ella, Kyle era en ese momento todo lo que deseaba y sabía que con otro hombre, no habría llegado a ese punto, ni siquiera hubiera rozado sus labios.

Cuando la besó, correspondió a su beso con calma y dulzura, sonriendo ampliamente ante sus palabras, notando como un el carmín acudía rápidamente a sus mejillas, aunque el calor esta vez se le antojara agradable como una caricia.

- No estoy cansada pero, sino te importa, - dijo mientras apoyaba la cabeza en los pectorales del mercenario. - me gustaría estar así un poco más... El sonido de tu corazón es realmente agradable. - Añadió al tiempo que acariciaba el hombro izquierdo del muchacho, disfrutando de sus caricias y del calor de su cuerpo.

Tras permanecer así un rato volvió a besar sus labios, con calma pero no por ello sin pasión. Necesitaba disfrutar una vez más de esos labios con lo que había descubierto tantas cosas agradables y gracias a los que había encontrado el amor.

[Kyle]

Al escuchar las palabras de la chica, Kyle se limitó a sonreir levemente y aceptó el gesto de la pirata, abrazándola contra sí al tiempo que cerraba los ojos para sentirla más cerca de él que nunca: Sonreía dulcemente, como si ella fuera un tesoro, mientras la abrazaba por la cintura, permitiéndose acariciar los cabellos con una de sus manos hasta que ella volvió a besarle, momento en el que él la correspondió dulcemente, besándola con calma en inicio para luego lanzarse en un beso ligeramente más ansioso, más pasional, en que su lengua se permitía explorar la boca de la pirata.

Sólo cuando se separó volvió a mirarla a los ojos dulcemente.


- Tharia... ¿Te sientes tan hambrienta de mí, como yo lo estoy de ti? Sé que acabamos de... Estar juntos, pero... Siento curiosidad...


Delineó su figura con las manos, los brazos finos y suaves, el contorno del pecho y, finalmente, sus manos se posaron en las caderas, mientras estaba tumbado con la espalda en el suelo. En esa situación ella sería la que controlaría todo, la que tendría el poder pero, lejos de sentirse cohibido o vulnerable, se sentía sumamente excitado... Acarició levemente sus caderas y, sonriendo con suavidad, la miró de nuevo a los ojos.


- ¿Tomarías las riendas en esta ocasión?

[Tharia]

Los labios de Kyle, tan dulces y suaves al principio, poco a poco se volvieron sedientos de su aliento, mandando a su lengua a conquistar su boca, encontrándose con la de la joven pirata, iniciando una batalla que duró un rato, encendiendo de nuevo el cuerpo de la muchacha.

Tras aquel beso y las caricias que repartió el joven por su cuerpo hasta detenerse en sus caderas, raro sería si no se le hubiera despertado el apetito. Además, la curiosidad que tenía por cómo sería llevar la voz cantante en todo aquello era un aliciente más para su líbido. Sus ojos, esa hermosa pareja de zafiros que mostraban tanta dulzura, le daban la seguridad en sí misma necesaria para lanzarse.

- La verdad es que me apetece tomar un poco más de Kyle. - Contestó guiñandole un ojo. - Y estando así, podré ver tu cara cuando quiera. - Dicho aquello, se inclinó para darle un suave beso en los labios, tras el que lo miró a los ojos con una dulce sonrisa.

- Te quiero, Kyle. - Dos palabras que habían sacudido su mundo interior muy fuerte y que al pronunciarlas no podía evitar sentir cierto rubor. Sus labios acudieron una vez más al cuello del muchacho, saboreando con deleite su piel. Quería hacerlo entrar en calor un poco más.

[Kyle]

Cuando Kyle escuchó a Tharia simplemente fue capaz de sonreir levemente mirándola a los ojos, acariciando aún el cuerpo desnudo que tenía sobre él con tranquilidad y calma, aunque lo cierto era que estaba ansioso por volver a bailar esa danza que ambos habían compartido unos pocos minutos atrás.  El beso llegó de forma inesperada, pero él respondió al mismo con suavidad y, al escucharla pronunciar de nuevo aquellas palabras, lo único que pudo hacer fue mirarla, suspirando con calma y acariciándole los cabellos, antes de depositar un nuevo beso en sus labios por toda respuesta.

Entonces, sus labios se posaron en su cuello, lo besaron volviendo a mandar escalofríos por su espina dorsal, haciendo que empezase a encenderse levemente. Una sonrisa se dibujó en sus labios y un suspiro de satisfacción escapó de los mismos mientras acariciaba el trasero y la espalda de la joven con sus manos, dejándola hacer... Sólo quería saber qué sería lo próximo que haría y disfrutar de ello, determinado a no hacer nada que pudiese perturbar lo que la chica tuviese planeado para él. No sería cortés hacerlo, después de que ella le hubiese permitido tomar las riendas antes.

[Tharia]

Los labios de Kyle produjeron en la joven capitana un dulce subidón, a la par que las caricias sobre su cuerpo. El calor de sus manos sobre su piel avivaba su deseo, dejando no sólo besos en su cuello, sino también algún suave mordisco, percatándose de que había dejado alguna pequeña marca en el cuello del muchacho, pero no diría nada. La sensación de haber dejado rastro de su presencia en su cuerpo y que él todavía no se hubiera dado cuenta le parecía la más excitante de las travesuras.

Mientras, las pequeñas manos de la capitana, cansadas de estar sin hacer nada, decidieron viajar por el cuerpo del joven de ojos azules una vez más. Fueron subiendo desde los costados, con paso firme y seguro, disfrutando de su tacto, como si pintara sobre un tapiz la más hermosa de las escenas en un suave extasis artístico, disfrutando de cada línea... Notando como respondía a sus cuidados.

[Kyle]

La chica comenzó a hacer y, con ello, la respuesta de Kyle fue inmediata.

Dibujándose una sonrisa en el rostro con cada beso y caricia de la joven capitana, Kyle recibía sus cuidados y respondía a los mismos con sus propias caricias, acariciando las caderas, la espalda y los brazos de la joven, sólo deteniéndose por un instante para dejarse cuidar por la joven, no deseando en ningún momento que aquellas sensaciones tuvieran un final.  El muchacho no se había visto nunca sumido en un placer tan intenso como aquel, pero no era fruto sólo de la lujuria, el deseo, sino también del cariño y de ese profundo sentimiento que había logrado descubrir al lado de la capitana.

Por primera vez en su vida, se sentía completo... Se sentía realmente vivo.

Y, no queriendo que semejante sensación quedase desoida, el muchacho prosiguió sus caricias hasta el momento en que su osadía lo superó: Se irguió ligeramente y, sin dejar de abrazar la cintura de la chica, capturó uno de los pezones de la chica en su boca, acariciándolo y jugueteando con la lengua, besándolo y succionando en ocasiones, depositando suaves besos en el mismo y alrededor. 

Suspiró unos instantes, reposando el rostro en el pecho de la chica poco antes de retomar aquellas caricias, lanzando en ocasiones miradas a la chica, tan lujuriosas como, extrañamente, inocentes... Como si fuese un cachorrito descubriendo por vez primera un juego sumamente adictivo. No en vano, eso resultaba ser... Un juego en el que no quería dejar de participar, como una de sus manos demostró, yendo, rápidamente, a atender el pecho de la chica que había dejado cruelmente desatendido.

Pues ella le estaba transportando al cielo... ¿Qué menos podía hacer él que hacer lo propio?

[Tharia]

Las manos del joven mercenario, dejaban un calor intenso y agradable allí por donde pasaban, haciendo que Tharia se sintiera más arropada, más querida (si es que eso era posible). La sensación era agradable, dulce, pero no por ello exenta de las brasas de la pasión.

Seguía disfrutando del placer de esas caricias y darlas al ser amado, cuando Kyle se incorporó. El movimiento la cogió por sorpresa, sintiendolo con todo el cuerpo. Su piel entrando de nuevo en contacto, el abrazo sobre su cintura haciendose algo más firme y el suave movimiento de la espada del mercenario a la que daba cobijo en su cuerpo. Todas aquellas sensaciones juntas hicieron que se sonrojara muchísimo y no pudiera reprimir un tímido gemido, además, las acciones de su amante sobre su pecho no es que la ayudaran demasiado a calmarse.

Cuando se detuvo y apoyó la cabeza sobre sus senos, la capitana lo abrazó con ternura, dejando un beso en sus cabellos. No deseaba separarse de él de ninguna manera. Era extraño en cierta medida. Teniendolo así, no necesitaba nada más. Como si hubiera encontrado esa pieza que falta al corazón de todo ser y que se encuentra en otro. No le extrañaba ahora que su padre hubiera amado tanto a su madre. Ahora empezaba a entenderlo. No hay mejor lugar para vivír que al lado de la persona amada.

Cuando el mercenario retomó las caricias sobre sus pechos, los pensamientos de la joven se vieron interrumpidos si, pero no se quejaría por ello. Sus manos, su boca y su mirada, a veces tan pura y otras tan sedientas de placer, hacían una combinación inimitable que disfrutaba como nunca. Pero no era justo que sólo ella disfrutara, por lo que empezó a mover suavemente sus caderas, volviendo a la danza que antes habían compartido, pero con más suavidad y dulzura.

Si alguna vez le preguntaran cómo era el cielo, tendría más que clara la respuesta...