"segundo día en el monasterio"...[darrius]

[Melissa Sforza]

Me levanté con una mala sensación en la boca del estómago... una mala sensación a plena noche....

Miré un momento hacia la ventana, como si en ella y en su luz fuese a hayar la solución de el por qué de esa desalentadora sensación, pero, obviamente, no sucedió así... Contemplé las estrellas que se veían refulgentes en el cielo, y un leve aire movió mis cortinas, tranquilizándome levemente con el susurrar de la tela arrastrando sobre la piedra del suelo...

Y volví a oirlo...

Alguien golpeaba con la aldaba en la puerta... y a esas horas solo podía significar una cosa...

Algo había pasado, y algo grave, por que no era costumbre permitirse sacrificar el descanso de lso monjes para cosas sin importancia, y mucho menos con tanta insistencia...

Con toda la velocidad posible me posé un suave manto sobre los hombros, cubriendo mi vestido blanco de cama y salí de la habitación con una lámpara de aceite prendida en una mano y mi bastón perla en la otra. La luz desprendía un cálido color anaranjado, un pequeño foco hogareño entre la frialdad y la calma que ahiora transmitian las cuaro paredes... Solía haber monjes de guardia, pero ahora andábamos escasos de personal, y la puerta, aunque emitiera un sonido fuerte, no lo era lo suficiente como para despertar a la mayoria...

Medea dormiría a pierna suelta, así que serpenteé por los pasillos mientras el toque sonaba una tercera vez, apremiándome a abrir la puerta con insistencia...

[Darrius]

Parecía que esta noche podría dormir del tirón ya que al menos los sospechosos ruidos que habían la noche anterior no se producieron, al menos por el momento. Pero parecía que toda rosa tenía su espina y a lo mejor por el día se lo pasaba muy bien con la compañía de Melissa pero parecía que por alguna razón no podía dormir del tirón por la noche en aquel lugar.

Esta vez no había ningún ruido raro, sino que picaban a la puerta del templo, el primer ruido lo desvelo aunque no le dio importancia el segundo ya le hice preocuparse y el tercero ya hizo que Darrius se decidiera a ver que pasaba.

Así que Darrius se puso las ropas que le dejo Melissa y fue a ver que pasaba, era raro que llamasen a estas horas de la noche y no hubiera ningún guardia para esas situaciones, así que a lo mejor había pasado algo grave. Cuando bajo vio que Melissa ya estaba allí apunto de abrir a la puerta para ver quien llamaba.

[Melissa Sforza]

En cuanto llegué a la puerta abrí el pequeño espacio para observar de quien se trataba...

No sería la primera vez que un grupo de desalmados trataba de entrar fingiendo una herida para saquearnos o incluso algo peor. Una fuerte energía recorrió el bastón perla haciendo brillar tenuemente el cristal focalizador, cuyo brillo se perdió al instante siguiente. Estaba preparada para cargar si se hacía necesario, una pequeña reserva llenaba la perla para actuar con rapidez...

Sin demorarme mas observé al otro lado del pequeño hueco en busca del autor del ruido...

Cuatro figuras aguardaban al otro lado, con una camilla improvisada en medio, donde una mujer, o lo que parecía una mujer, suspiraba y gemia, cubierta por una sábana...Podía tratarse del milagro de la vida...una vez mas...

Abrí la puerta sin demorarme y observé en silencio la situación por un segundo, justo entonces una voz familiar se hizo sonar mas fuerte que las quejas de la mujer, y me reconfortó las dudas que pudiera tener, sonando conocida y familiar...

-¡Hermana Melissa, gracias a Ashunera! ¡Kaima se ha puesto de parto, ayúdela por favor, por favor!- rogó la voz, en tono suplicante.

Ahora no era momento de tener dudas ni de atender cortesías ni preguntas, lo mejor era actuar y ya compartiríamnos los formalismos pertienetes mas tarde.

-Paréceme que no hay mucho mas tiempo, ¡haganla pasar, rápido!...- dije autoritaria.

Los cuatro, con un ritmo acompasado pero rápido se precipitaron pro la puerta, que cerré con un golpe gutural y seco, luego me dirigí hacia las habitaciones donde se trataban los enfermos, específicamente la de maternidad, sin detenerme a observar la figura que aguardaba en el pasillo...

[Darrius]

Melissa abría poco a poco la puerta mientras la esfera de su bastón empezaba a brillar durante un instante. A lo mejor era bandidos y habían noqueado al guardia si había o algo peor, seguramente por eso Melissa tomaba tanta precaución en abrir la puerta y se preparaba.

Después Melissa abrió la puerta y pudo ver lo que pasaba, una mujer estaba de parto, era raro que en el pueblo no hubiera algún edifico para estos caso y el mas próximo fuera este, aunque no sabía la distancia dudaba que estuviera precisamente cerca, aunque dudaba que fuera un montaje y al parecer ese hombre ya conocía a Melissa o al menos la llamo por su nombre.

Las 4 personas pasaron y Melissa cerró la puerta, Darrius fue rápidamente con Melissa antes de que llegara a la habitación y empezara a trabajar, no tendría experiencia en estas cosas pero siempre podría echarle una mano, por lo menos estaba vestido de forma como ella así que la gente no se preocuparía.

- ¿Melissa necesitáis una ayuda extra?

[Melissa Sforza]

Darrius surgió de entre las sombras sorprendiéndome ligeramente...No había visto cuándo había llegado allí...

Asentí con la cabeza, antes de girar bruscamente abirendo la puerta de la habitación que teníamos mas cerca. Allí dejaron a la mujer sobre una cama, donde retiramos la manta y la camilla imporvisada, luego indiqué a Darrius y a otros dos que vinieran, a los dos hijos de la familia, mientras la hija pequeña y el padre se quedaban con la futura madre...

-¡Idos a la cocina, templad una olla con agua y traed leña para la estufa! Darrius, toma las sábanas de tu habitación y tráelas aquí, sin demora!...-dije con cierto tono ordenante.

En cuanto desaparecieron por el pasillo volví a entrar a la habitación, la mujer estaba perlada en sudor sobre la cama, la hija le tomaba la mano y el marido vino a mi encuentro a la puerta...

-¿Por que no os dirigísteis a la comadrona que os aconsejé?...- dije con el ceño fruncido al hombre...

-hermana, ella nos dijo que debías ser tu, ahce dos días que estamos de camino, suerte que estábamos a punto de llegar. Hermana el niño aún no está colocado...¡Esta al reves!...-dijo el hombre atropelladamente, y completamente tenso...

Un gesto horrorizado se me dibujó en la cara apenas una milésiam de segundo, pero no permití que se me notara... Si el niño venía de culo... sería un parto dificil...

[Darrius]

Melissa respondió afirmativamente mientras llegaban a su destino. Dejaron a la embarazada en la cama retirando las mantas que había. Luego llamo a los hombres dando instrucciones. Su trabajo era simplemente ir a su habitación y traer todas las sabanas de esa habitación

Darrius rápidamente fue a su habitación y como dijo Melissa se puso a buscar sabanas por todos sitios, la de su cama en cajones, en el armario,... Vamos saqueo toda la habitación sin importar como quedara o de recoger luego todo, no tenía tiempo para esas cosas.

Cuando acabo y ya estaba seguro que no había mas sabanas allí volvió rápidamente a la habitación donde estaba esperando que le dijera donde las debería de dejar, y esperando mas instrucciones si podía hacer algo mas para ayudar.

[Melissa Sforza]

No tardé demasiado en tocar la tripa de la embarazada, su temperatura era estable, y estaba perlada en sudor, pero parecía estar intentando moverse...

Empujaba ocn fuerza hacia arriba, pero estaba mal colocado y eso solo hacía que a la madre le costase mas y mas respirar. Sin duda iba a ser algo complicado...

Darrius no tardó en volver con las sábanas de su habitación... Se trajo una buena pila...

-¡Tomad tres y partidlas, templad las otras junto a la estufa y haced un lecho para el recién nacido!...- dije, mientras el padre ayudaba a Darrius, llevándole una estructura de madera, preparada para ello...

Poco después estaba casi todo listo... pero el agua no había llegado aún... La madre había parado las contracciones, pero pronto volverían cada vez mas fuerte y no había mas tiempo...

-¡Donde están esos chicos, Darrius, tráelos aquí!...-dije dirigiéndome al hombre del desierto, mientras tomaba la temperatura de la madre nuevamente...

Con seguridad se habrían perdido... y es que se me olvidaba que aquellos pasillos de piedra podían llegar a nublar la perspectiva de quien no los conocía...

[Darrius]

Cuando llego el padre ya había vuelto con la leña para al estufa pero los chicos con el agua aun no, pero ahora no había tiempo para eso, Melissa sin perder ningún segundo les dio las siguientes ordenes.

Tenía que reconocer que Melissa era una buena líder y si fuera militar no le extrañaría que fuera una buena general. Aquel hombre y Darrius cumplieron sus órdenes lo más rápido posible sin olvidar de hacerlo bien. Vale que la situación era importante y urgía mucha prisa, pero de anda serviría hacerlo mal ya que con eso conseguirán el efecto contrario.

Ya todo estaba listo menos el agua que aun no había llegado, Melissa le dijo que les trajera, así que Darrius salio de la habitación en su busca. Cuando salio se quedo quieto y cerró los ojos. Parte de ellos el resto estaban en sus habitaciones y si habían perdido seguramente estaban gritando.

No tardo mucho en oír esas voces y Darrius rápidamente fue a su lugar de origen. Efectivamente era los chicos que no sabia por donde ir dando vueltas a lo tonto había conseguido el efecto contrario. Darrius al verlos cogio la olla que tenía cada uno.

- Seguidme, si no podéis ya os buscare de nuevo.

Después se fue donde estaba Melissa, como buen totramundos tenía buen sentido de la orientación y sabía donde ir, y aunque fuera con dos ollas llenas de agua iba a una velocidad muy buena y encima n ose le derramaba nada.

No tenía tiempo para guiarles, si les podía seguir bien, sino ya les buscaría cuando pueda, el agua era lo importante. Finalmente llego con al agua esperando mas ordenes de Melissa, esperaba que ese pequeño contratiempo no fuera grave y que había sido lo suficientemente rápido.

[Melissa Sforza]

El hombre del desierto se perdió por los pasillos, y en aquel momento invoqué el hechizo adecuado para poder observar con detenimiento la panza de la mujer, que volvía a gritar con fuerza...

Sobre ella poco a poco se fué vislumbrando la transparencia de la piel, el músculo y en aquel momento apareció la forma del pequeño niño haciendo fuerza sobre el diafragma de la madre. Poco a poco trataba de darse la vuelta, pero sería imposible que se la diera dle todo solo, y la mujer aún no había dilatado lo suficiente, aún le esperaban unas horas de intenso dolor...

Quizá podríamso tratar de mitigarlo un poco...

El hombre del desierto volvió con los dos cazos de agua templada que dispuso en una pequeña mesa que había a mi lado y en aquel momento purifiqué el agua de uno de los cazos para lavar mis manos dentro... El calor hizo que se me estremecieran los dedos...

En aquel momento la hija y yo cogimos un par de almohadas para ponerlas bajo su cadera yasí acomodarla un poco... Necesitamos la ayuda de su marido y de Darrius, además de nuestras cuatro manos para colocarl y levantarla, ya que la mujer en este momento estaba agarrotada y era imposible ayudarla mas...

[Darrius]

Parecía que aquellos dos jóvenes no podían seguir al nómada, bueno ya llegaran por su propio pie y sino cuando acabe todo esto los ira a buscar, era una situación de emergencia y no podía perder el tiempo hiendo lento para que aquellos dos no se pierdan, así podía hacer turismo y a lo mejor sería bueno así no pondrían nerviosa a Melissa.

Parecía que todo estaba listo y Melissa estaba apunto de sacar el niño de la barriga, pidió a los hombres de la sala que levantara a la mujer, cosa que el marido de aquella mujer y Darrius hicieron sin dudarlo.

Parecía que ahora tocaba la parte mas delicada e importante de todos y que la el no podía hacer nada mas, se sentía algo impotente al ver que en algo tan importante no podía hacer nada mas, pero el no estaba cualificado para estas cosas y ella si, y lo único que podía hacer era desearle suerte, ya que no sabia rezar.

[Melissa Sforza]

Decidí que aún había tiempo y después de pasar una media hora en esa posición a ambos hombres se les cansaron los brazos, no por debilidad pero si por el esfuerzo que habían malgastado, ya que el niño no parecía por la labor...

Mientras ellos seguían así yo tomé una determinación. Cogí un cuchillo y me dirigí a la cama donde se encontraba la mujer. Cualquiera hubiese pensado que iba a cometer un disparate, de no ser por que todos sabían como era...

Tomé una almohada y, cuchillo en mano, la apuñalé con fuerza dejando las plumas caer sobre el colchón... Luego partí dos sábanas en 6 tiras largas, metí las plumas dentro de la zona central y las envolví, creando así un mullido asidero...

Até los asideros al techo de la cama, ya que tenía dosel, y coloqué uno alrededor ye su cintura, dos en sus piernas, para sostenerlas, dos para que se agarrase con las manos y uno para su cabeza...

Era una gran idea, debería comentársela a Medea...

Acto seguido, ambos hombres descansaron los brazos, ya que la mujer estaba sujeta por las bandas de sábana rellenas de plumas...

-¿Te encuentras bien?...-pregunté a la mujer -¿estas cómoda?...-dije mirándola maternalmente...

 La mujer asintió con la cabeza y se dejó reposar, esperando la siguiente contracción. Me acerqué a Darrius, tomándole de un hombro con suavidad...

-¿Te duelen los brazos?...-pregunté casi en un susurro – has cargado a esa mujer mucho tiempo...- completé...

Por el momento nada mas podíamos hacer a parte de esperar...

[Darrius]

Parecían que había problema ya que estuvieron un buen rato así y parecía que no había avances. Darrius poco a poco se sentía cansado y no era por el peso de la mujer, ya que podía sujetar cosas mas pesadas y ahora tenia ayuda.

La culpa del cansancio era por culpa de la postura que no era precisamente cómoda y la otra era por al rigidez en la que estaba, por que lo que estaban levantando era algo muy delicado, no era como un tronco que si se cae no pasa nada, porque si se cae la mujer los resultados podían ser nefastos.

Parece que Melissa tenía una idea y cogio un cuchillo. Dudaba que solucionara el problema de raíz o que haya sucumbido a la presión, no parecía una mujer que se derrumbe con tanta facilidad, aunque como dicen muerto el perro se acabo la rabia.

Como el nómada suponía no iría acometer ninguna locura, “mato” una almohada para crearlo en asideros. Luego lo puso de tal forma que la mujer estuviera sujeta y ya no hacia falta que ninguno la levantara, Darrius e preguntaba si eso lo hacía también con los “invitados especiales” aunque ahora no era tiempo de pensar en esas cosas.

Luego le preguntaba a la madre como iba todo y parecía que bien, y luego se acerco a él y le preguntaba por el estado de sus brazos, todo un detalle teniendo en cuenta que había asuntos mas urgentes que ese.

- Nada que no se quite con algo de descanso, mejor que te preocupes por ahora por ella.

Le decía. Los brazos le dolían no lo iba a negar aparte que a veces hacía alguna leve mueca de dolor, pero seguro que aquella señora lo debería de estar pasando mucho peor y seguramente lo suyo solo sería temporal.

[Melissa Sforza]

Asentí con la cabeza aunque por sus ocasionales muecas de dolor algo me decía que era posible que mas tarde tuviera que aplicarle una pequeña cura de la misma forma que al marido...

Me dirigí a la embarazada y palpé su vientre comprobando como el pequeño se movía bajo mi mano, quizá aún pudiera colocarse con algo de ayuda. Esperé unos minutos mas, y comprobé su dilatación, aún no era suficiente, apenas si había pasado la mitad...

Me asomé por la ventana, dentro de poco rompería el alba y aún tendrían que esperar para que el bebe saliera del vientre de la madre...

Me senté a su lado para acompañarla en el dolor, y en el nerviosismo, así como darle energías para continuar cuando parecía a punto de desfallecer. El cansancio iba haciendo mella en nuestro cuerpo y en nuestras mentes, pero había que tener paciencia...

[Darrius]

Melissa le hizo caso y se fue hacía la embarazada, no le gustaba mentir pero aquella mujer necesitaba las atenciones de Melissa, y no quería que la cleriga tuviera preocupaciones extras, ya tenía bastantes con el embarazo para llenarle la cabeza con tonterías y cosas secundarias

Parecía que el embarazo se complicaba y que lo único que podían hacer era esperar, porque Melissa  solo estaba al lado de la mujer y no pedía nada mas ya que parecía que poco mas podrían hacer, al menos por ahora.

Darrius aprovechaba ese lapsus para descansar un poco, a lo mejor después necesitaba de su ayuda y quería estar en las mejores condiciones para ayudarla, la situación era delicada el asunto muy importante y sería y no quería tener un fallo tonto por culpa del cansancio si podía evitarlo.

[Melissa Sforza]

Y rompió el alba...

La mujer seguía resollando sobre la cama, ientras trataba por todos los medios de no deshacerse en el cansancio... Era extraño, por que no era primeriza y normalmente las experimentadas no solían tardar tanto en dilatar, otro signo de que había problemas...

Tomé mi bastón perla y lo dirigí hacia la panza de la embarazada. Examiné con ella, gracias al foco perla, el interior de su barriga... Poco a poco la luz hacía translúcida su piel, luego sus músculos y por fin la energía se estabilizó cuando pude observar al bebé... Trataba de ponerse en la posición correcta, pero aú le quedaba tramo y no conseguiría hacerlo solo...

Temía que hubiera que llegar a la posición de decidir si solo uno de los dos podría vivir, o peor, que no hubiera solución y ambos tuviesen que hacerlo, de modo que traté de redirigír al niño con ligeras presiones en el vientre...

Funcionaba...

Una sonrisa se me dibujó en el rostro al tiempo que el niño parecía hacer por posicionarse, dejando de asfixiar el diafragma de la madre... Se evidenció la pérdida de la presión, ya que la madre parecía mucho mas relajada y mas dispuesta a acabar de una vez con ello... Empujé nuevamente al niño, que terminó por ponerse en una situación mas o menos aceptable...

Aún había tiempo mientras la madre terminaba de dilatar... Miré  a Darrius con una sonrisa...Si... aún había esperanza...