Tiempo de tormenta [Libre]

[Asbel]

La joven tomó la capa con delicadeza, brindándome una sonrisa de agradecimiento.

-No te preocupes, no me mojé tanto y puedo aguantar, aunque…- Comencé a colocarme rojo y a mirar hacia un lado -Si…me hiciera falta…podríamos compartirla…si te parece bien- Dije nervioso mientras me daba la vuelta para evitar la vergüenza y darme tiempo de recomponerme de nuevo.

Tomando aire y volviendo en mí, volví a hablar -Tengo cierta curiosidad, ¿A que te dedicas?- En esos momentos recordaba quien era yo, no me podía confiar de la primera persona que me encontraba, cualquiera podría ser un enemigo para Crimea, o para mí, debía estar seguro que no fuera una amenaza para mi Reina o mi persona.

[Khattara]

FdI*: Lo siento mucho!! No fui capaz de encontrar tiempo para contestar antes!! =(

-    No te preocupes, no me mojé tanto y puedo aguantar, aunque…- dijo mientras su sonrojo comenzaba a hacerse más evidente y giraba el rostro para impedir que ella lo notase – Si…me hiciera falta…podríamos compartirla…si te parece bien- comentó de manera nerviosa y se daba la vuelta completamente, quizás para recobrarse de semejante atrevimiento. No pudo evitar mantener aquella sonrisa divertida en el rostro, el muchacho era tan inocente y sin embargo su filosofía de vida no lo era en absoluto… curiosa contradicción.

Pronto se recobró de su abatimiento, y antes de que le diera tiempo a responder, otra pregunta le estaba siendo planteada.

-    Tengo cierta curiosidad, ¿A que te dedicas? – preguntó.

Escrutó en lo más profundo de aquella mirada teñida del color de la sangre, meditando seriamente una respuesta, intentando descubrir qué sería aquello que querría escuchar el muchacho. Al final no hizo más que encogerse de hombros y con una amplia sonrisa decir:

-   La verdad, creo que no se podría decir que tenga una profesión definida, mi vida ha sido un continuo vagar de un lado a otro, recorriendo los diferentes reinos, viviendo aventuras, algunas memorables, otras que desearía poder olvidar… – la respuesta había sido bastante ambigua al tiempo que real, ahora llegaba el momento de plantear una nueva cuestión – ¿Y vos? ¿A qué os dedicáis?

[Asbel]

Miré profundamente en los ojos azules de la dama, perdiendo inconcientemente en ellos, mientras escuchaba atentamente las palabras que salían de sus labios. Solté un pequeño suspiro, apenas perceptible mientras colocaba mi mano derecha sobre mi cabello y lo agitaba un poco, la verdad no era costumbre de que hablara lo que hacía, se suponía que debía ser un secreto, pero podría darle una respuesta igual de ambigua como la que ella me había dado.

-No acostumbro a hablar de eso, pero sería muy descortés de mi parte no responderle- Hice una pequeña pausa mientras volvía bajar mi mano, pero esta vez cubriendo mi marca -Soy un espía, sirvo a cualquiera que sepa pagar mis trabajos- Dije con voz fría mientras miraba hacia el techo del refugio donde estábamos, pensando en que si le había dado demasiada información. Sin embargo eso ya no importaba, ya lo había dicho y no había nada que hacer

-Al parecer tiene una vida bastante interesante, pero estar de un lugar en otro no le produce tristeza, no estar en un solo sitio, un sitio al cual pueda llamar hogar-

[Khattara]

Su pregunta pareció turbar ligeramente al muchacho, quien mesó sus cabellos a la vez que un leve suspiro escapaba de sus labios. Pareció meditar su respuesta brevemente, lo cual la llevó a preguntarse qué era lo que estaba pensando, qué secreto estaría tras ese segundo de más en el que debería haber habido una respuesta. Quizás no fuera más que el mismo tiempo que le había llevado a ella el pensar si abrirse o no, o quizás algo más, lo que si sabía era que el descubrirlo iba a ser de lo más entretenido.

- No acostumbro a hablar de eso, pero sería muy descortés de mi parte no responderle – dijo antes de pausar su discurso una vez más y aumentando su interés en la materia - Soy un espía, sirvo a cualquiera que sepa pagar mis trabajos – la respuesta la sorprendió, dejándola sin palabras, espía… vaya, eso era algo más que un mercenario, mucho más útil al menos, letal e inteligente. ¿Sería eso cierto? ¿O simplemente estaría intentando impresionarla con una mentira? Además los espías se conocían por su lealtad, él había dicho que servía a cualquiera, pero un espía no podía servir a demasiados señores, no eran mercenarios… Al menos no simples mercenarios. Lo único que sabía era que si el muchacho había querido llamar su atención lo había conseguido. Ahora tendría que averiguar la verdad tras aquellas palabras.

Antes de que pudiera reaccionar e intentar descubrir la verdad detrás de aquellas palabras, el muchacho continuó con su discurso, así que continuó prestando atención con una sonrisa en sus labios. Realmente intrigada por qué diría a continuación y si eso podría llevarla a descubrir algo.

- Al parecer tiene una vida bastante interesante, pero estar de un lugar en otro no le produce tristeza, no estar en un solo sitio, un sitio al cual pueda llamar hogar – preguntó el muchacho.

Sonrió tranquilamente, sin duda mucha gente habría pensado así, pero no era su caso, había pasado la mayor parte de su vida en solitario, con lo cual se sentía más cómoda son su propia compañía que con la de los demás. Al menos la mayor parte del tiempo, y a quién iba a engañar, podía encontrar fácilmente compañía cuando la deseaba. En cuanto al valor emocional de un hogar… nunca había tenido realmente uno, así que tampoco era algo que echase en falta.

- Sin duda en ocasiones se echa de menos, no tener alguien con quien compartir el calor de un buen fuego un día lluvioso como este – dijo sonriendo, con los ojos brillando como si realmente fuera uno de sus mayores deseos - Pero no me arrepiento, ¿y vos? ¿Acaso tenéis un hogar por el que merezca la pena luchar y al cual deseéis regresar? – preguntó curiosa, intentando descubrir qué habría tras la respuesta del joven.

[Asbel]

Al notar la sonrisa en los labios de la joven supe enseguida que en vez de pasar inapercibido y que la chica dejara a un lado la pregunta sobre su trabajo, fue totalmente lo contrario, parecía más emocionada por saber lo que ocultaba con mis palabras.

Al escuchar la respuesta de la joven, otra vez sintió algo en su interior, era como si le estuviera insinuando tal cosa, aunque era cierto, estos días se prestaban mucho para ello, y ahora que lo notaba su cuerpo estaba comenzando a entumecer por el frío, pronto comenzarían los temblores y no quería eso. Sin embargo antes de hacer tal fogata y cumplir con el deseo de la joven tuve que primero responder a su respuesta, qué de seguro venía con la doble intención de averiguar a quien era que le servia, supe que ya no podía seguir respondiendo a medias. Si era una espía de otro reino o una amenaza para su reina simplemente tendría que matarla, aunque esperaba que no fuera así.

-Podría decir que si, son a los que les debo mi lealtad y los que me han brindado su mano. Crimea, por ahora ese es el lugar al que puedo llamar hogar-

Al terminar de hablar comencé a buscar algo que ayudara a realizar la fogata y pronto encontré unos maderos al lado de una casa, luego mire a la chica a sus brillantes ojos -¿Te importaría compartir una fogata conmigo?-

[Khattara]

- Podría decir que si, son a los que les debo mi lealtad y los que me han brindado su mano. Crimea, por ahora ese es el lugar al que puedo llamar hogar - así que el joven era de Crimea, o al menos servía a Crimea. No parecía mentir. Sonrió aún curiosa por saber quién sería su amo en Crimea, tenía que ser alguien realmente importante para necesitar de los servicios de un espía.

- Teneis suerte de tener vuestro hogar tan cerca de aquí, espero que sepais apreciarla. Y que podais regresar a él tan pronto como podais - dijo sonriendo dulcemente.

- ¿Te importaría compartir una fogata conmigo? - sonrió divertida ante la proposición del muchacho, que parecía querer cumplir sus deseos. Lo miró, de todos modos el pobre joven debía estar muriéndose del frío y si no ahora, en breves lo haría dado que le había cedido su capa.

- Por supuesto, será todo un placer - amplió la sonrisa. Qué menos que agradecer el detalle.

[Asbel]

Al decir cual era mi hogar pude ver esa sonrisa de curiosidad aun dibujada en su suave rostro, había que admitir que esta joven era bastante curiosa, tal curiosidad solo era comparable con la de los magos, tal vez ella era uno de esos personajes tan temibles. No pude seguir pensando en eso, ya que las palabras de la señorita me sacaron de ello, la verdad tenía razón, aunque eso lo hacia desde que deje de robar en él y empecé a trabajar para Lady Lucretia.

Respecto a mi proposición la chica aceptó con una gran sonrisa en sus labios y ya que tenía la aceptación decidí ir por los leños, empezando a caminar lentamente a donde los había visto -El placer será todo mío- Dije antes de marcharme en un tono apenas audible.

Al dejar el refugio las gotas de agua empezaron a golpear mi cuerpo y por consecuencia a humedecer toda mi ropa, no salí corriendo ya que me gustaba esa sensación de cómo el agua chocaba contra mi cuerpo. Al llegar tomé unos cuantos trozos de maderas y busqué un lugar donde hacerla, donde estábamos no se podría hacer no había suficiente espacio y era una casa, pero pronto encontré un lugar. Un pequeño estadero con unos árboles como techo, me acerqué rápidamente, esta vez procurando no mojarme tanto para no humedecer la madera que llevaba. Al encontrarme bajo ese lugar noté que era el sitio ideal, no se filtraba el agua por ningún lado y se podía prender una fogata sin problema.

Deje los leños en el cuelo, formándolos para poder iniciar la fogata. Revise en mi estuche algo que me sirviera y encontré unas piedras perfectas para generar chispas, como siempre hacia con mis trampas explosivas, empecé a raspar la piedra una con la otra para generar una chispa y pronto surgió la llama, coloqué más leña y en cuestión de segundos tenía una gran fogata. Me levanté y le hice señas con la mano para que la joven se acercara. Luego me quite mi camisa ya que esta realmente empapada, la escurrí y la dejé a un lado del fuego para que se secara, acto seguido me senté frente a la fogata comenzando a calentarme al fin.

[Khattara]

- El placer será todo mío - dijo casi inaudiblemente antes de marcharse. Ella sonrió, sobretodo al ver el empeño que ponía él en construir aquel refugio improvisado contra la lluvia, en aquel estadero con los árboles como techo para ser usados como protección como el agua que seguía cayendo del cielo con fuerza y sin cesar. Lo vio apoyar los leños en el suelo, y apilándolos de manera que podía iniciar la fogata y mantener la llama de la misma viva. Sacó lo que en la distancia parecía yesca y pedernal y generó una chispa lo suficientemente fuerte como para convertirse en una llama. Acercó un par de troncos más y la pequeña fogata se convirtió en una hoguera decente. El chico se levantó y le hizo señas para que se acercase.

Ella lo hizo sin prisa, abrigada aún por la capa de él. Notando una vez más el agua escurrirse por su rostro y sus cabellos. A medida que se acercaba, él se desprendió de su camisa empapada y la escurrió, dejándola al lado del fuego antes de sentarse frente él.

Sonrió y se sentó frente él, con el fuego de por medio entre ambos. Arrimó las manos a la llama antes de mirarlo a él y recorrer su cuerpo con la mirada brevemente a través del color anaranjado de las llamas. Volvió a dirigir la mirada a las llamas.

- ¿Vos también creeis que hay algo hipnótico en el danzar de las llamas? - preguntó mirandolas bailar, con una sonrisa en los labios.

[Asbel]

Era agradable sentir de nuevo algo de calor sobre mi cuerpo, sentí como volvía la sensibilidad que se había dormido por parte del frío, sentía ya que me estaba entumeciendo. En este momento agradecía la propuesta de la señorita.

Quedé algo sorprendido por la pregunta que me había hecho, la verdad nunca me había puesto a pensar en eso, generalmente no hacia muchas fogatas y simplemente había visto el fuego como un arma para mis trabajos, pero ahora que ella lo mencionaba y yo lo notaba, sí, las llamas tenían algo hipnótico algo que me cautivaba.

-Si, es como una batalla entre ellas, disputando por ser la más espectacular y bella, un claro ejemplo de poder- Mientras hablaba pasaba mi mano por las llamas intentando agarrar ese increíble poder.

-¿Y dígame señorita usted que ve?- Retire mi mano de la fogata y puse mi vista en su rostro húmedo, a través de las llamas.

[Khattara]

- Si, es como una batalla entre ellas, disputando por ser la más espectacular y bella, un claro ejemplo de poder - dijo mientras prestaba atención a las llamas, pasando la mano sobre ellas, como si de verdad quisiera formar parte de aquella batalla, u obtener el poder que parecía proyectar en él - ¿Y dígame señorita usted que ve? - dijo retirando la mano de la fogata y posando su mirada una vez más en ella. Ella sonrió amablemente.

- Yo lo veo más como una danza. Un eterno baile entre aquellas llamas, pugnando cada una de ellas por sobresalir ante las demás, por ser más alta, más perfecta, mejor que el resto... Sí, es como si bailasen para alcanzar la perfección y la bendición de la diosa - comentó con un tono casi soñador.

[Asbel]

-Pues no estamos tan desiguales, casi pensamos lo mismo sobre este maravilloso elemento. Casi me hace lograr envidiar a los magos- Comenté mientras  colocaba mis manos hacia atrás para poder recargar el peso de mi cuerpo sobre ella, logrando recostar mi cuerpo un poco hacia atrás.

-Ahora que lo pienso, hemos hablado bastante pero no sabemos nuestros nombres- Ladee un poco el cuerpo para poder ver por un lado de la fogata y encontrarme directamente con el rostro de la joven -Le molestaría regalarme el suyo señorita- Y con eso último me quedé ahí esperando la respuesta.

[Khattara]

- Sí, parecen poderosos, ¿no? ¿Así que no sentís envidia de los magos? - preguntó divertida.

- Será todo un placer - comentó con una voz de lo más sugerente, sin darse cuenta - Mi nombre es Khattara y el vuesto, mi señor?

[Asbel]

-Efectivamente mi señora, tengo ciertos trucos bajo la manga que envidiaría cualquier mago- Dije algo orgulloso de mis habilidades, algunas que en la práctica me habían servido bastante bien.

-Un gusto conocerla señorita Khattara- Hice una pequeña venía con la cabeza, por la cortesía que alguna vez me enseño mi madre -Mi nombre es Asbel- No se me haría extraño que tal vez reconociera ese nombre.

[Khattara]

- ¿Puedo preguntar cuáles son esos trucos que serían la envidia de cualquier mago mi señor? La intriga me está matando... - respondió sonriendo encantadoramente.

- ¿Asbel? ¿Espía de la Corona? Vaya... no sé si sentirme honrada por compartir fogata con alguien como vos, la de cosas que habreis visto y oido... La de secretos que debeis albergar en vuestro interior, profesión cruel la vuestra, tanta sabiduría tan encerrada en uno mismo... - comentó, manteniendo la sonrisa.

[Asbel]

Aunque su sonrisa fuera hermosa, sus secretos eran cosas que tenía bien reservados y escasamente los conocía una persona -Lo siento señorita Khattara, pero si los revelara no sería el mejor en lo que hago, además no puedo confiar tales secretos a cualquiera-

Mi ego crecía y se alimentaba con las palabras de la joven, no podía evitarlo, esas palabras significaba que mi nombre ya había salido de Crimea, sin embargo, por otro lado, ella tenía razón, ser un espía encadena una serie de secretos, había cosas que sabía que tal vez nadie pensaría, pero era mejor así.

Nuevamente sentí como si aquella chica quisiera saber más, sus palabras decían más. Solté un gran suspiro y cerré los ojos -Señorita, es mi impresión o sus palabras dicen más de lo que parecen- Dije mientras abría mis ojos y miraba al rostro de Khattara, y con una de mis manos rascaba mi barbilla.