Tiempo de tormenta [Libre]

[Khattara]

- Lo siento señorita Khattara, pero si los revelara no sería el mejor en lo que hago, además no puedo confiar tales secretos a cualquiera - ella rió con suavidad.
- Lo sé, lo sé, pero no podéis culpar a una dama por pecar de curiosa. No seré yo quién lo obligue a romper sus promesas o incumplir sus deberes - no de momento, no aún que no sabía cómo podría.

- Señorita, es mi impresión o sus palabras dicen más de lo que parecen - la risa suave de ella asomó una vez más entre sus labios. Miró divertida a Asbel sin poder evitarlo.
- Las palabras siempre dicen más de lo que su dueño pretende, no creeis?

[Asbel]

Extrañamente siempre que decía algo, le sacaba una sonrisa a la joven, en cierta parte me sentía bien, eso significaba que no estaba aburrida, pero había a veces que esa sonrisa al igual que las palabras, significaban algo más, eran como una sonrisa llena de travesuras, esperando un chance para aprovecharse, esa sensación solo me traían escalofríos, especialmente porque me hacían recordad a Lucretia, ella siempre disfrutaba gastándome bromas.

Cuando me respondió se me ocurrió una pequeña idea, me levanté y con una mirada divertida, no muy propia de mí, me senté al lado de la señorita Khattara y me acerqué un poco a su rostro, para mirarla fijamente -Generalmente es así, y una de mis especialidades es poder hallar esas verdades ocultas entre las palabras, tal vez hasta lo podría hacer con usted, si me lo permite, claro está- Y me quedé ahí, sin moverme un solo centímetro de mi posición.

[Khattara]

El muchacho se levantó y se sentó a su lado con una mirada divertida en el rostro, ella arqueó una ceja sorprendida por el cambio de actitud pero sin desprenderse de su propia sonrisa en ningún momento, ni mucho menos echarse hacia atrás o intentar alejarse del joven.

- Generalmente es así, y una de mis especialidades es poder hallar esas verdades ocultas entre las palabras, tal vez hasta lo podría hacer con usted, si me lo permite, claro está - aquello sonó en su mente como métodos de tortura, pero... ¿para qué pediría permiso entonces?

- ¿Pensais vos acaso usar algunas de vuestras artimañas de tortura con una chica indefensa como yo? - dijo llevándose una mano al pecho, mientras lo miraba con divertida preocupación - No parecíais de ese tipo de varones... - se permitió añadir.

[Asbel]

Eso sonaba divertido, sin embargo, aunque él podría hacerlo, nunca lo haría con una mujer, por eso se había especializado para sacarlo de distintas maneras -Señorita como puede pensar eso de mí, tengo ciertas normas para hacer mi trabajo, y una de ellas es no lastimar a una mujer- Bueno si no era mi objetivo claro está, pero este no era el caso.

-Lo que pretendía, era encontrar los secretos que sus palabras escondían, con una simple charla, pero al parecer me entendió mal- O tal vez era que estaba bromeando, ojala que no, lo que menos quería era otra bromista como Lucretia.

[Khattara]

- Señorita como puede pensar eso de mí, tengo ciertas normas para hacer mi trabajo, y una de ellas es no lastimar a una mujer - Khattara no pudo más que aguantar la risa, sonriendo divertida sin poder evitarlo, pero consiguiendo no soltar una carcajada.
- Vamos, ¿de verdad me podréis hacer creer que nunca habéis lastimado a una dama? ¿Si quiera bajo ordenanza? - preguntó entre divertida e incrédula.

- Lo que pretendía, era encontrar los secretos que sus palabras escondían, con una simple charla, pero al parecer me entendió mal - no, no había entendido mal en absoluto, pero para qué puntualizar aquello pudiendo hacer cosas mucho más entretenidas.
- Oh, lamento haber entendido mal sus palabras. - dijo poniendo una expresión de confusión en el rostro - ¿Qué es lo que busca entonces entre mis palabras? ¿Qué cree que pueden ocultar? - preguntó, entretenida y curiosa.