Fire Emblem: Shadows of the Empire
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Jugando entre bestias [Rydar y Déteka]

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Author Topic: Jugando entre bestias [Rydar y Déteka]  (Read 791 times)
Rydar
Laguz León
Cadete
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The Lion King


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« Reply #15 on: March 23, 2011, 08:24:05 pm »

Mientras comenzaba a comer con ansia el pescado, Déteka salió del agua y se puso junto al fuego a calentar su cuerpo mojado, comenzó a  trenzarse su cabello, el calor de la lumbre se reflejaba en su rostro, destacando sus marinos ojos, iluminando de improviso aquella parte oscura de si misma que con celo escondía. sus gestos eran ensimismados, tristes, lejanos a esta realidad marina que nos rodeaba. De repente me preguntó.

-¿Que opinas del amor, Rydar?- El susurro de esas palabras lentamente volaron a través del aire llegando a mis oídos, al principio no comprendí claramente a qué se refería, pero un instante después meditando acerca de su significado, el recuerdo, animal depredador, atacó mi memoria ante la bajada de mi guardia, produciéndome un nudo de pena en la garganta.

-¿Por qué me preguntaba esto ahora?, estaba pasando un momento feliz y tranquilo, degustando unos cuantos peces que asentarían mi barriga durante un tiempo, solo necesitaba echarme un rato frente a la hoguera, mirar al cielo y dormir un rato, descansar la mente de tanta tristeza y de viaje sin rumbo.
Suspiré, supongo que era mi sino, la primera Beorc  que conocía en mucho tiempo y en la que parecía que podría llevarme bien con ella, no solo no tenía prejuicios, sino que además defendía con arrojo aquellos de nuestra raza que sufren por estar indefensos. Cómo es posible que precisamente esta persona, con la que esperaba hablar de otros múltiples temas de mi vida, tuviera el acierto de de clavar sus palabras en aquella herida que me desangra cada día y que solo deseo olvidar.

No me apetecía hablar de ello, sin embargo la observé, comprendí que por alguna razón ella había sufrido, además le debía mi historia al menos en gratitud por lo bien que se había portado conmigo y el cachorro.

Sonreí tristemente, entonces lentamente lancé la segunda raspa de pescado a la hoguera, con el fin de alimentarla y no ensuciar la hermosa playa con los restos de mi frugal banquete.

A continuación tomé el tercer pincho de pescado, ya tenía un aspecto bastante apetitoso, estaba parcialmente dorado, para mi gusto en su punto.
Me acerqué entonces un poco a Déteka,  con amabilidad y delicadeza tomé su mano, la abrí y puse el palo del pescado, tras ello con ambas manos cerré sus dedos, entonces la miré fijamente a los ojos y dije con amabilidad intentando animarla.

-No has comido nada pequeña, y te he prometido compartir el pescado, además las historias se disfrutan mejor con el estómago lleno.-Tras decir esto sonreí con amabilidad.

Entonces solté su mano, me tumbé, estiré plácidamente las piernas sobre la arena y puse mis manos en la nuca, tomando una postura cómoda, desde donde se veían los cielos permitiéndome pensar con claridad.


-Esa era una buena pregunta, ¿qué es para mi el amor?.-Entonces lentamente me puse a pensar

Si lo analizamos fríamente, el amor en si es una palabra, un conjunto de sonidos y letras que intentan explicar un sentimiento puramente humano, sin embargo todo esto es una mentira, un intento léxico con el que encarcelar, esclavizar y clasificar algo abstracto que no se puede explicar con palabras.
El amor no es un sentimiento estático o inamovible,tampoco es igual para todas las personas (como conseguimos reflejar al intentar nombrarlo mediante la escritura o la voz), todo lo contrario es libre, único para cada entidad, su significado para cada uno de nosotros depende en gran parte de un hecho, tu vida.
Por mi parte he de reconocer que para mí como para todos el amor tiene conciencia y entidad, Leylianna, la tigresa salvaje de los bosques de Zarzi, aquella que siempre a estado conmigo, aquella que amaba antes de saber que era el amor. Tras ello comencé a decir:

 -Déteka, el amor es vida,  es una pura y absurda ironía, la razón por la que continuo vivo,  aquello que me atrapa en un viaje sin fin, la fuerza que alimenta mi espíritu y permitirá cambiar mi destino.

-Soy un Ulíses vagabundo, náufrago de amor, sigo a la deriva sin mapa o brújula la corriente de tinta que Ashunera escribe para divertirse ante un pobre León desgraciado, no importa a donde llegue ni el tiempo que me lleve, solo camino para hacerme fuerte, fuerte para recuperar el amor que me han negado por el hecho de nacer. La búsqueda del honor con el que sentir algo que no necesita permiso, amor , un sentimiento que no debería estar permitido controlar.

-Provengo como quizá te imaginarás de la tierra de la tribu felina en concreto de Zarzi, su capital, en ella era hijo de nobles, de una de las familias más antiguas de leones.
Desgraciadamente como imagino que  habrás visto en tu viaje,este mundo tiene un gran problema, el racismo entre razas. Pues bien mi familia es racista, no solo para los Beorcs, sino también para los Laguz e incluso para nuestra propia tribu.
Desde niño me inculcaron con violencia su credo, en él solo estaba permitido relacionarse con la rama de los leones, todo contacto con otros seres diferentes era prohibido o casitgado.
He aquí la ironía de mi vida, de joven conocí a una hermosa tigresa, Leylianna, que con el paso del tiempo sería mi amada.


Mientras miraba al cielo recordé todos esos momentos que me unían a Leylianna, aquella vez cuando nos conocimos ella intentaba cazarme como a un gamo, como valerosa  me siguió hasta la Ágoreon, donde se convirtió en guerrera solo con el objetivo de estar juntos, como declaré mi amor por ella en el claro del bosque, cubierto de rosas azules.

-Como puedes imaginar mi familia no estaba deacuerdo con nuestro compromiso, tanto es así que propusieron matarla para alejarla de mi, no podía permitirlo así que nos batimos en un duelo, quedé como perdedor, por fortuna, conseguí el perdón para Leylianna, con la condición de ser desterrado de por vida sin poder volver a casa. Así viajo perdido y sin honor. Sin embargo no todo es desgracia, puedo volver si consigo ser lo suficientemente fuerte para ganar un duelo de honor, en el que recuperaré el derecho a volver para pasar mi vida junto a mi amada.

Tras ello me quedé mirando a Déteka tristemente, mis ojos  verdes brillaban a la intensidad del fuego, parecían dos espejos que enfocaban mi alma, mi rostro, joven a primera vista, bajó su guardia ante la tristeza, mostrando lo cansado y lo viejo que me sentía en estos momentos, por un instante mi melena perdió su rebeldía cayendo mansa sobre mis hombros, mis gestos irradiaban soledad, pero hice un esfuerzo y sonreí tristemente.

-¿No parece acaso mi historia una burla del destino?, amo lo que me han prohibido, creo en lo que es repudiado,  ¿por qué yo he tenido que ser el único de mi familia en comprender que no podemos ser racistas?, no tenemos el derecho imponer nuestra voluntad sobre los demás, tampoco podemos obligarles a dejar de pensar o sentir como deseen, somos libres de ser como queramos de amar a quien nuestro corazón indique, al igual que los demás también tienen derecho. Desgraciadamente para este cruel mundo, en el tiempo que llevo viviendo, esta virtud nuestra jamás se respeta, son siempre aquellas personas cuyo amor es más profundo y libre  las que son más castigadas, un claro ejemplo de ello son los estigmatizados, ¿Cómo es posible que criaturas tan bellas, por nacer gracias al amor entre dos especies hayan sido tan maltratadas y repudiadas?. He meditado durante muchos años acerca de como solucionar este problema, cómo conseguir liberarse de esta represión del amor, este racismo inhumano que envenena nuestra sociedad, mi conclusión es que  solo hay dos caminos posibles para el afectado, luchar por ello, asumir la tragedia siguiendo siempre adelante, siendo más fuerte para defenderse. O por el contrario huir de si mismo, sucumbir a la pena y el dolor, caminando pon un camino oscuro en que la ira y el odio nos autodestruya, conviertiéndonos en una copia de lo que nos ha provocado sufrimiento.

Llevaba mucho tiempo viajando y eso me daba perspectiva es cierto que cada vez era más fuerte, pero las dudas me corroían, ¿cuán fuerte he llegar a ser?,¿cuánto tiempo he de sufrir en este camino de anhelo y soledad para obtener aquello que ya nos pertenece de corazón?, no sabía la respuesta, solo una pequeña creencia, un sentimiento esquivo de que cuando llegara el momento sabría que estaba preparado para volver.

-Déteka, puede que parezca triste, pero estoy seguro de algo, jamás me rendiré y aunque me costara toda la vida, lucharé una y otra vez hasta recuperar a Leylianna. Es un promesa que le hice por mi honor y para los leones lo más valioso es el honor.


Tras terminar de decir esto, toda mi pena, mi soledad, mi rabia, se convirtió en pura determinación, mi cara anteriormente cansada, recuperó toda su juventud natural, mis ojos verdes brillaban como llamas llenas de vida y no solo por el efecto del fuego, mi cabello se volvió mas puntiagudo que nunca su rojo se encendió, asemejándose a un torrente de brillante lava pura, con toda esta energía y rabia dentro lancé un atronador rugido para expresar mis sentimientos, un rugido que se escucharía por todo la playa y el pueblo, capaz de disipar los pensamientos oscuros convirtiéndolos en algo luminoso, valeroso.*

[FDI: *Técnica: Rugido del León valeroso ]

 
 
« Last Edit: March 23, 2011, 09:45:16 pm by Rydar » Report Spam   Logged

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