Fire Emblem: Shadows of the Empire
April 19, 2024, 02:55:25 pm
Welcome, Guest. Please login or register.

Login with username, password and session length
 
  Home Help Search Gallery Staff List Login Register  

Jugando entre bestias [Rydar y Déteka]

Pages: 1 [2] 3
  Print  
Author Topic: Jugando entre bestias [Rydar y Déteka]  (Read 786 times)
Rydar
Laguz León
Cadete
**
Posts: 52


The Lion King


View Profile
« Reply #15 on: March 26, 2011, 07:34:12 am »

Ya comenzaba a quedarme sin aire, mi rugido fué apagándose lentamente, como el tañido de las olas tras  romper en la orilla, la rabia que me consumía se había desvanecido con el sonido de mi garganta, es cierto lo que dicen, en momentos de furia  lo mejor es gritar, gritar con todo el sentimiento hasta desfallecer porque al terminar te sentirás mucho mejor. Todo aquello que te atormenta saldrá de tu cuerpo dejando el interior calmo, en paz, al menos durante un tiempo.
Me regodeé un poco en esta sensación y poco después volví mi mirada hacia Déteka, me observaba, sus ojos tocaron los míos transmitiéndome un sentimiento de furia y determinación con el que asesinar mi alma. La respuesta de un alma atormentada que comprendía el dolor hacía otra que intentaba luchar contra él.

-Aunque no creo que me creas, conozco como te sientes. Y solo tengo una cosa que decirte, Rydar...Lo que haces es estúpido. Podrías vivir con ella, ser feliz. El honor no te hará feliz nunca, ella sí. Puedo asegurarte que soy una persona que conoce lo que es amar lo prohibido, amar con ta fuerza que entregarías tu vida y tu corazón a cambio de cualquier tontería que la otra persona te pidiese. Por eso lo único que puedo decirte es que te levantes ahora mismo y vayas  a por ella, antes de que el destino te la arrebate definitivamente, como me hicieron a mi.

Sonreí tristemente, lo que había manifestado no me era ajeno, pues ese argumento atormentaba mis sentimientos, egoistamente aparecía numerosas veces en las noches solitarias susurrándome a la mente de forma maliciosa, que todo lo que hacía era estúpido, Leylianna me estaba esperando, los años pasaban y estábamos perdiendo nuestras vidas por una absurda disputa de honor, ya podríamos habernos establecido en algún otro lugar, lejos de Zarzi, lejos de los absurdos preceptos racistas, sin permiso de mi familia. Probablemente en alguna pequeña ciudad costera como esta, siempre nos preguntábamos como sería el mar, viviríamos en una casita de madera frente a la orilla mientras disfrutábamos de nuestra juventud.

Pero me estaba engañando, todo eso no era más que un absurdo sueño, ¿sería capaz de hacernos eso?, es probable  que fuéramos felices, pero a qué precio..., huir, escondernos en la lejanía, dejar nuestro lugar de nacimiento, nuestra querida tierra, como si dos traidores fuéramos. Todo por miedo a un absurdo sentimiento, racista y arcaico, que ya debería haber sido aplastado hacer mucho tiempo, sin embargo ahí continuaba exultante, poderoso como si acabara de dictarse, burlándose de nosotros y de otras gentes sentado en su trono, disponiendo que amor es bueno y cual abyecto.
Si huyéramos mi voluntad se quebraría, ya no sería más yo, sino una sombra de lo que soy, amaría a Leylianna con todo mi corazón, pero cada vez que la mirara a los ojos vería como por culpa de mi debilidad habíamos huido de nuestro hogar, condenando una vida de felicidad sin mancha, legítima, como deberían ser toda que esté cimentada bajo el amor, donde nadie tuviera derecho a criticarla, o eliminarla.

Además si no era ni siquiera  capaz de enfrentarme a mi familia, para defender mi amor, mis preceptos, ¿como podría defender a Leylianna de otros males que asolan las tierras salvajes cuando huyéramos?, probablemente ya no sería solo una familia, sino un pueblo racista en contra de los Laguz, o el Imperio...
Si, el Imperio, ¿qué le impediría a este dictar si resultaba victorioso como relacionarnos con los demás? ¿Y si decidía matar a todos los Laguz?, no volvería a ver a Leylianna

No..., si con mi fuerza actual no podía ni vencer a mi familia, cómo roto y sin honor podría hacer frente a otros desafíos, qué haríamos ¿huir de nuevo?, ¿huir constantemente renegando al enfrentamiento porque no soy lo suficientemente fuerte para defendernos?,  nuestro amor estaría condenado al fracaso.

!Jamás no haría eso!, nos destruiría, había que luchar, hay que erradicar este maldito racismo entre razas, todo el mundo huye y se ha visto que no es efectivo, así que hay que tomar medidas drásticas, si amas algo hay que ganarlo, mi familia no lograría quitarme del medio, me haría mas fuerte, defendería nuestro amor roto, lucharía contra todo aquel que lo impidiera o que atacara al amor de otras personas, es la única forma con la que podría mirar al rostro a Leylianna, si acaso muriera, por lo menos lo haría con honor y defendiendo mis creencias.

Con determinación miré a Déteka, sus palabras eran algo ciertas, pero no era lo correcto, huir no es el camino:

-Déteka, entiendo lo que quieres decir, no es solo el honor,   se trata también de mi mismo, ¿crees que soportaría huir?, condenar mi relación, algo bueno y legítimo por el simple hecho de que no soy feliz, de que no soy lo suficientemente fuerte para luchar contra lo que me oprime, no soportaría renunciar a ser como soy, a lo que verdaderamente sé que es lo correcto por un acto egoísta.
Eso es precisamente lo que quiere mi familia, y todos esos malditos racistas que asolan esta tierra, que nos rindamos, que escondamos nuestra cabecita en la falsa idea de libertad que nos da la huida, el adormecimiento de los sentidos por el amor conseguido, la culpa nos hace débiles y cuando por fin obtuviéramos algo de felicidad, ellos vendría a quitárnosla, exterminarán todo lo que amamos mientras se  ríen de nuestra necedad por pensar que la huida había sido un éxito, que estando escondidos nos dejarían en paz para seguir con nuestras vidas.


-!NO!,-dije mientras golpeaba con mi puño el suelo con todas mis fuerzas- no pienso aceptarlo, haré lo único que no se esperan, aquello que verdaderamente temen, que nos rebelemos, que luchemos contra sus creencias de forma tan feroz que sean ellos los que nos teman, los que huyan sin descanso, escondiéndose de la condena que desplegaré bajo la fuerza de mi furia , te aseguro que cada uno de estos pequeños grupos ridículamente racistas me temerán, no porque les vaya a dar la muerte, si no porque sufrirán un castigo que no podrán soportar, la pérdida de su poder, el sentimiento de impotencia  al convivir entre personas de todas las razas de forma semejante, sin prejuicios. El horror que precede a la claridad, la toma de conciencia de los horrores que han causado por el simple hecho de creerse mejores que los demás.-La furia destilaba por mis poros, mis rasgos se hicieron más leónidos en esos momentos, pues la injusticia que vivía hacía que mi corazón hirviera de odio.

-Hasta entonces no volveré con Leylianna, nadie podrá hacerme cambiar de opinión, lo juro por mi honor, que es lo único que nos convierte a las personas en iguales.

Me quedé mirando con furia a sus ojos, sus palabras no habían echo sino encender más la llamas de mi determinación.

Sin embargo había algo que me intrigaba, Déteka decía que me comprendía, que sabía lo que era entregar su amor sin condiciones, para luego que te lo arrebataran, sus comentarios me daban a entender que ella también había sufrido, que le habían arrebatado algo muy querido, pero que por el contrario a ella no le importaría tragarse su honor y buscar lo que verdaderamente le importaba, el amor.

Le preguntaría su historia, así comprendería finalmente como verdaderamente se sentía, que era lo que tanto parecía atormentarla.

Con un movimiento suave acerqué mi mano a su mejilla, y la acaricié suavemente, era suave, aunque estaba tensa, como intentando contenerse, tras ello la miré a los ojos y le dirigí una sonrisa amable.

-Si es cierto que has amado lo prohibido y has perdido tu corazón en el camino, quiero comprender cómo te sientes, quiero saber que dolor atormenta tu alma,aquello que a empujado a tan hermosa, joven y amable muchacha a este estado de pena y rabia que destila tu mirada. Prometo  escuchar atentamente, de forma imparcial, sin juzgarte.

Tras ello me senté con las piernas cruzadas, mirando atentamente a sus ojos, poniendo todo mi ser en la historia que esperaba escuchar.  
« Last Edit: March 26, 2011, 07:45:23 am by Rydar » Report Spam   Logged

              -Ficha-
Pages: 1 [2] 3
  Print  
 
Jump to:  

Bookmark this site! | Upgrade This Forum
Free SMF Hosting - Create your own Forum

Powered by SMF | SMF © 2016, Simple Machines
Privacy Policy