Fire Emblem: Shadows of the Empire
March 28, 2024, 09:10:50 pm
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Ceremonia de Mr FE

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Author Topic: Ceremonia de Mr FE  (Read 639 times)
Cronista
Cronista del Reino
Héroe
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« on: September 20, 2009, 08:03:11 pm »

[

Lucretia

Físico:
http://img.photobucket.com/albums/v412/Kakashi-Sharingan/Fire%20Emblem/LucretiaMercesvonCrimea2.jpg
http://img.photobucket.com/albums/v412/Kakashi-Sharingan/Fire%20Emblem/Sasarai.jpg

Ropas: http://i9.photobucket.com/albums/a89/angelbaby25/Shinobu/Friends/121.jpg ]

Aquel no era un día como todos los demás.

La corte de Crimea se había engalanado para un evento que sólo ocurría una vez cada muchísimos años: Toda la corte, en uno de esos días, se preparaba para decidir algo que atañía a todo el Reino pues, como cada generación, el hombre más bello de todo Tellius debía ser escogido.  Desde los aguerridos guerreros a los refinados arqueros pasando por los más sabios de los magos, la ceremonia estaba destinada a separar el trigo de la paja y decidir, finalmente, cuál era el mejor de los hombres.

Un evento como aquel, perdido en los albores del tiempo, sólo había podido ser resucitado por una persona que, así mismo, se había ocupado de que todos los preparativos saliesen a la perfección. Desde su "cordial invitación" (más bien secuestro) de los hombres más hermosos de todo Tellius hasta la particular decoración, donde los corazones, los juegos de luces y el color rosa jugaban un papel especialmente prominente, había una mente maestra detrás de toda aquella pompa y lujo.  

Mientras los focos señalaban a unas cortinas de color carmesí y los tambores redoblaban, con los espectadores sentados firmemente en las gradas y las víctim... los concursantes en exposición ante todos, una figura caminaba con singular elegancia y una belleza propia de un cisne, sin parangón en todo Tellius. Por supuesto, no estaría bien que una persona con tantísimos dones participase en el concurso para seleccionar así mismo a la mujer más hermosa de Tellius, por lo que había hecho el sin lugar a dudas denodado y desinteresado sacrificio de presentarse como maestra de ceremonias...

Una mujer que sólo tenía una presentación...



- ¡¡¡OOOOOOhohohohohoho!!!


La condesa de Fayre, Lady Lucretia, Genio Extraordinario y singular belleza. Emergiendo desde las decoradas cortinas con un atuendo que resultaba sumamente revelador, la hermosura de piel morena dirigió un guiño hacia las gradas que estaba llamado a hacer que los hombres se fundiesen al tiempo que manejaba un curioso instrumento en su mano derecha, el instrumento hizo círculos hasta que, con un último movimiento, se situó cerca de sus labios.



- ¡Bienvenidos, damas y caaaballeros! Y tú también, mi Ser...  Nos hemos reunido hoy aquí para un acontecimiento que supera las barreras del tiempo y trasciende más allá de toda importancia. En este evento, muchos bravos guerreros han perdido su vida y han sido humillados... Pero entre el dolor... Las lágrimas y la sangre... ¡Unos pocos se han alzado! ¡Esos pocos hombres que han sido llamados héroes y cuya bendición cae sobre esta ceremonia!  Damas y caballeros... Lo que están a punto de ver es su último regalo ante nosotros.  Prepárense para contemplar... ¡La ceremonia que escogerá al hombre más hermoso de todo Tellius!  Este evento será conocido como...


Un redoble de tambores se dejó escuchar, el evento enmudeció... Y entonces algo estalló en un espectáculo pirotécnico iluminando a la maestra de ceremonias.


- ¡La Ascendencia del Mortal al Orgullo de la Rosa! O, como me gusta llamarlo, AMOR. ¡Que comience el juego!


Varios vítores se dejaron escuchar y, tras golpear dos veces con una vara de extraña forma, varios paneles del suelo se levantaron revelando a los participantes todavía atados, así como a un número de "voluntarias" que estarían llamadas a escoger al más bello.  La presentación no tardó en producirse.


- Con ustedes, damas y caballeros, a mi izquierda tenemos al jurado que decidirá a nuestro ganador de esta velada.  3 doncellas de imperturbable virtud y enorme hermosura cuyo juicio decidirá quién vive... Y quien muere... En el duelo del AMOR.  Nuestras escogidas son...


Redoble de tambores. La luz se posó sobre una de ellas mientras Lucretia llevaba una mano a una especie de tarjeta.



- La señorita Jade Pharen es una hermosura procedente de tierras lejanas.  De ascendencia exótica y con una belleza sencilla, esta preciosidad castaña ha viajado incontables leguas con el único y loable propósito de encontrar al joven que cautive su corazón... ¿Lo hallará esta noche? Apenas sí puedo contenerme de la emoción. ¡Pero no es sólo ella la que aquí tenemos, no señor! ¡La competencia será dura, y el juicio también procederá de nuestras otras dos escogidas! Demos paso pues a la segunda miembro del jurado...


Un segundo redoble de tambores y otra persona emergió.


- Nuestra segunda escogida se llama Medea, procedente de la prestigiosa y sin lugar a dudas poderosa familia Stark. Sin embargo, nuestra joven heroína fue trágicamente separada de su amor por su cruel familia, quien pretendía imponerle los injustos vetos del celibato. ¡Sin embargo, ella huyó y, con valor y desafiando toda restricción, ha venido esta noche aquí para revindicar su derecho!  ¡Los fuegos del AMOR arden en el corazón de esta joven! Y... Por favor... Concedámosle todos un aplauso por su valentía al desafiar a esa banda de pomp... a esa gran familia noble.


Lucretia permitió que el público se deshiciera en llantos y ovaciones mientras ella misma, notablemente, también empezaba a lagrimear durante su discurso al tiempo que las luces disminuían de intensidad hasta que el silencio reinó... Durante apenas unos instantes. Al momento, Lucretia volvía a estar sonriendo y tenía su voz animada de siempre.


- ¡Pero no nos lamentemos más y demos paso a nuestra tercera escogida de la noche! Es una verdadera sorpresa, señoras y caballeros... ¡Una Laguz!  La señorita Halfmoon se describe a sí misma como una loba solitaria en busca del AMOR verdadero. Harta de la vida en las estepas y las aventuras de una sola noche, esta hermosa joven ha venido a hallarse con su destino en un mundo que no la comprende... ¡Dispuesta a superar las barreras de raza, la señorita Halfmoon está dispuesta a hallar a su príncipe azul esta noche! ¿Quién puede detenerla? Bueno, quizá yo, pero, como todos sabemos... ¿Por qué detener una fiesta si siempre puedes unirte a ella? ¡Un aplauso para nuestra loba no-tan-solitaria!


Los vítores se sucedieron y las luces destellaron una y otra vez. Sólo entonces, el silencio se hizo.


- ¡Bien! Hemos presentado a nuestro selecto jurado pero, por desgracia, las bases de la ceremonia implican que, aunque la maestra de ceremonias tiene todo el derecho del mundo a presentar a su jurado como bien le parezca, no es así en el caso de los concursantes, así que deberemos conocerlos mejor gracias a las preguntas que nuestro jurado les hará.   ¡La metodología es sencilla! Cada miembro del jurado hará 3 preguntas a cada concursante y, en base a sus respuestas, obtendrá una puntuación.  ¡El hermoso caballero que más puntos obtenga de media con sus respuestas vencerá esta prueba! Peeero no todo es tan sencillo, nooo señor.   Desde este mismo momento, las líneas quedarán abiertas y toda hermosa doncella que así lo desee podrá votar a dichas respuestas y, al final, dichas puntuaciones serán elaboradas en una media y unidas a las del jurado para hallar el resultado final de cada aguerrido caballero.  Y ahora, sin más preámbulos... ¡Que empiece la ceremonia!




Metodología del concurso

- El orden de posteo será: Miembros del jurado (según posteen), concursantes (según posteen) y Lucretia. En el post de los concursantes, aparte de responder el "formulario", se espera que hagan una pequeña presentación (in character) que puede influir en la nota.  Se espera que todos los post, tantos de unos como de otros, sean interpretados.

- Cada miembro del jurado hará 3 preguntas a los concursantes. Las 3 preguntas serán las mismas para cada concursante y, en base a sus respuestas, obtendrá una puntuación del 1 al 10.

- Un concursante sólo puede dar una, y sólo una, respuesta a cada pregunta del jurado. Esto se hará tipo entrevista, es decir, una vez obtenidas todas las preguntas, el concursante las responderá en un único post de acuerdo a su personaje. Nótese que si no se es fiel a la interpretación se puede anular o no puntuar una determinada respuesta.

- Tras tener todas las respuestas, los miembros del jurado darán una puntuación del 1 al 10 a cada "soltero" basándose en sus respuestas.  La 4ª parte de la "nota" final se obtendrá con las valoraciones dadas por los usuarios, que será una media de todas ellas y, finalmente, la 5ª parte será el "voto de la maestra de ceremonias", es decir, la valoración de Lucretia, que se dará en base a la votación "de imagen" del personaje, votada por los miembros del jurado y los usuarios que así lo deseen, haciéndose una media de dichas notas.  Una vez obtenidas, se hará la media de todas las notas y se dará una puntuación al soltero en cuestión.  El que tenga la nota más alta, gana.


- Eso es todo. Disfrutad ^^.

« Last Edit: September 23, 2009, 10:28:04 am by Kyle » Report Spam   Logged

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Jade
Beorc Arquero
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« Reply #1 on: September 21, 2009, 06:29:35 pm »

En principio, todo había parecido la mar de divertido, lo cual era una gran variante para Jade. Para empezar, la competición no consistía en las cosas típicas de la aldea, ni tampoco la idea de una justa como las de los cuentos. La cosa consistía, según le habían explicado, en elegir al hombre más guapo del continente. Lo mejor de todo es que lo único que tenía que hacer era hacer unas preguntas y puntuar a cada hombre. Fácil.

Claro que no se había esperado tanta parafernalia. Bueno, había esperado un poco de parafernalia, porque es lo que uno se espera de una competición. Pero no tanta. Y noo estaba segura de ver más que un campo de cabezas donde estaba el público. Pero bueno, podía soportar eso, pensó, mientras la maestra de ceremonias comenzaba con las presentaciones. Y ese fue el momento en el que deseó golpearse la cabeza de forma repetitiva. ¿Exótica, ella? ¿Qué tenía de exótico una aldea en Gallia? ¡Llevaban allí novecientos años! ¿Y qué era eso de encontrar al joven que robara su corazón? ¿De dónde se había sacado esa patraña? Por no decir que dudaba mucho que hubiera un lord Pent entre aquellos tipos.

Por supuesto, no dijo nada ni se golpeó la cabeza. Símplemente sonrió con una mueca entre nerviosa y constreñida, saludando con la mano antes de que lady Lucretia pasara a los otros dos miembros del jurado.

Una vez hechas las presentaciones, daba paso al concurso. Jade había estado meditando las tres preguntas, y la verdad es que no estaba segura de si eran lo mejor para preguntar en un concurso de ese tipo, pero... eh, se suponía que eran para conocerles, ¿no?

-Lo primero de todo, es un placer conoceros a todos- comenzó, intentando ser educada en la medida de lo posible-. Y, bueno, estas son mis preguntas.

La primera es: ¿cuál es vuestro "trabajo" y qué es lo que más os gusta de él?

La segunda: ¿hay algo que odiéis en particular?

Y la última: ¿hay alguien por quien sintáis una gran admiración?

Eso es todo por mi parte. Ánimo, y buena suerte.
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Medea
Beorc Jinete Pegaso
Capitán
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« Reply #2 on: October 07, 2009, 07:24:53 pm »

Mentiría si dijera que había ido allí completamente voluntaria... Había una nebulosa en mi cabeza en la que entre copa y copa me parecía escuchar mi voz asegurando exaltada que iba a presentarme como jurado para aquel concurso. Finalmente y a pesar de que las dos íbamos bastante perjudicadas por el alcohol, cuando esos vapores etílicos se disiparon Melissa me hizo cumplir con aquella promesa.

El jurado era bastante escueto, a decir verdad, compuesto exclusivamente por otra muchacha y por mí. Y por supuesto la presentación me pareció de lo más ostentosa; y a punto estuve de atragantarme cuando me presnetó de aquella manera tan vergonzosa. Me había dejado completamente como una muchacha eternamente enamorada rebelándose contra su familia, abandonando poder y riquezas por amor... Cuando la verdad es que había abandonado una vida de coneja reproductora por poder y riquezas, pero ese era otro asunto...

Las preguntas de mis compañera eran bastante sencillas, y la verdad, poco acertadas si aquello trataba de descubrir al hombre más atractivo, de eso podía encargarme sola con un rato de intimidad con ellos... Pero no creo que estuviera permitido...

Llevaba una túnica semitransparente en color dorado suave que dejaba entrever mi cuerpo debajo de aquellas capas de seda y un semirecogido con hilos de plata que retiraba el pelo de mi cara dejándolo caer en una brillante y ondulada cascada dorada por mi espalda.

Me levanté de mi asiento haciendo un leve gesto de respeto ante la maestra de ceremonias que parecía un pavo real en plena época de celo acercándome a los participantes con paso lento, pero decidido. Me dirigí a la maestra de ceremonias con una marcada reverencia y una sonrisa traviesa en el rostro.

- Solicito que los aspirantes se desnuden de cintura para arriba, es imposible saber si son los más atractivos solo con mirarles el rostro...

Después me acerqué aún más hasta ellos, paseando entre ellos rozando sus torsos y espaldas delicadamente con la punta de mis dedos. Ya que estaba allí, que menos que disfrutarlo...

- Bien caballeros, supongo que todos y cada uno de vosotros pensais que mereceis el título de hombre más atractivo. Pero... ¿Cuales son vuestras razones, vuestros méritos que os hacen... especiales?

Dediqué una seductora mirada por todos y cada uno de ellos, intentando escoger mi predilecto.

- ¿Que es lo que más os atrae o llama vuestra atención de una mujer?

- Y mi última pregunta... Si tuviérais que... por ejemplo sorprenderme con algun momento o lugar romántico o especial.. ¿Que elegiríais?

Realmente de haber podido me hubiera llevado a cada uno a los aposentos en los que me alojaba en aquella ciudad a fin de descubrir su destreza a la hora de tratar a una mujer, no solo en el sentido más... intimo, sino si se comportaba con delicadeza o por el contrario era todo rudeza y malas maneras... Pero seguramente no me dejarían esa oportunidad. Por el contrario fui repartiendo discretas invitaciones en papeles mientras había paseado entre ellos a mis favoritos. Kyle, Asbel, Desmond, Ryu y Orphen. Quien sabe como responderían...
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Elyannah
Laguz Lobo
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« Reply #3 on: November 04, 2009, 04:26:53 pm »

FDI: Siento el retraso -__-

Había tenido sueños de lo más raros… Pero aquél se llevaba la palma.

Corría entre la maleza y la espesura de los bosques de Susa, perseguida por un número considerable de soldados de Crimea; dispuestos a alcanzarla a cualquier precio, vociferando a pleno pulmón que tenía que hacer de jurado, tanto si le gustaba como si no.

Por su parte; no tenía ni puñetera idea de qué le estaban diciendo aquellos humanos, por lo que seguía corriendo por el terreno húmedo de los bosques en dirección a las montañas, esperando que; por una parte, los soldados se cansaran de perseguirla y por otro, que los bosques que consideraba su hogar hicieran que la perdieran de vista.

No fue así.

Pudieron alcanzarla, abalanzándose sobre ella; pero no se iba a dejar atrapar tan fácilmente. Antes de conseguir reducirla habían recibido más de un mordisco y un par de mamporros bien dados, por no hablar de las patadas que repartió a diestro y siniestro. Más de una fue a parar a lugares muy poco apropiados. La alzaron en volandas, atada y amordazada; como si hubieran dado caza a un sujeto demasiado peligroso, como si hubieran aniquilado al más temible de los monstruos.

Despertó.

Se encontraba sentada en una especie de atril. Los gritos y los vítores y el ruido en general que se oían en el exterior daban a entender que se encontraban en una especie de evento multitudinario… una justa, ¿quizás? Lo encontraba muy poco probable, cosa que se corroboró al escuchar el estridente sonido de una voz femenina resonando por todas partes. Aquello no era normal…

- Oooooooooohohohoho!

¿Seguro que estaba despierta?

Escuchó en silencio las palabras de la mujer frotándose levemente un ojo sin darle mucha importancia a sus palabras; que si guerreros por aquí, que si héroes por allí… Se estaba empezando a cansar de tanta pantomima… hasta que dijo algo de escoger al hombre más hermoso de Tellius y la palabra amor, algo que hizo que abriera los ojos levemente y frunciera el ceño. ¿De qué iba todo aquello?

El panel empezó a subir, y tuvo que entrecerrar los ojos para que los colores del escenario no la dejaran ciega. Los beorc tenían unas costumbres muy raras; esperaba que todos no fueran igual… Por un momento pensó que lo mejor que podía hacer era irse de allí. Empezó a presentar a las “voluntarias”, las otras chicas que habían sido escogidas para formar parte de aquella… tontería. Porque era una tontería inmensa; por la cara que ponían la mitad de cosas que comentó eran un cuento.

Entonces la presentó a ella.

- ¡Pero no nos lamentemos más y demos paso a nuestra tercera escogida de la noche! Es una verdadera sorpresa, señoras y caballeros... ¡Una Laguz!

Movió las orejas en un gesto disconforme mientras sus cejas se enarcaban mostrando la incomodidad de sus palabras ¿Una sorpresa? Ni que nunca hubieran visto a una laguz. A medida que continuaba describiéndola no supo si echarse a reír, si salir de allí corriendo o si atacar a la maestra de ceremonias. ¿Una loba solitaria? ¿Aventuras de una sola noche? Venga ya.

Al final se quedó callada, con el rostro enmarcado en un gesto severo. Escuchó en silencio la explicación de la maestra de ceremonias; tenían que hacer tres preguntas a los concursantes – se le pasó por la cabeza cómo iban a contestar estando atados como estaban, seguro que ellos tampoco estaban allí por gusto – y según lo que contestaran dar una puntuación. Parecía sencillo; pero para eso podrían haberse buscado a otra… Suspiró levemente desviando la mirada hacia los concursantes en un gesto aburrido.

Contra antes terminaran con aquella estupidez antes podría volver a Susa.

Escuchó en silencio las preguntas de sus otras dos compañeras y siguió con la mirada a Medea mientras se paseaba entre las víct… los concursantes… sí; definitivamente los raros eran ellos. Pensó detenidamente en las preguntas que les iba a formular y cuando le tocó se levantó de su asiento, moviendo una de sus orejas al escuchar el tintineo de una de las campanillas que adornaban su pelo.

- Encantada – inclinó levemente la cabeza a modo de saludo cortés, intentando evitar que se le notara el nerviosismo; porque estaba nerviosa aunque no le pareciera – Estas son mis preguntas.

¿Cuál es vuestro sueño o vuestra meta a alcanzar en esta vida?

¿A qué le tenéis miedo?

Y mi última pregunta…
- dudó unos instantes antes de lanzarla - ¿Qué opinión tenéis sobre los Laguz? Eso es todo…

Se sentó de nuevo y clavó su mirada de nuevo sobre los concursantes.
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Asbel
Beorc Ladrón
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El Huracán


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« Reply #4 on: November 16, 2009, 11:04:50 am »

Que me había pasado, lo único que recordaba era que Lucretia me había mandado a reunirme con otro espía que iba a dar una información valiosa, luego al llegar al punto de reunión vi muchos soldado rodeándome y luego un fuerte golpe en mi nuca. Seguramente me había capturado el enemigo, ahora estaba atado y sin mis armas. Sin embargo comencé a escuchar una voz bastante familiar, intenté concentrarme y determinar de quien era, pero no la lograba reconocer, hasta que escuché que un mecanismo se activo y un panel sobre mí se activo dejándome ver que estaba en un horrible lugar. Mire a mí alrededor y ahí estaba mi señora, y me di cuanta de todo su plan, la mire con una mirada fulminante por hacerme pasar por esto, y de seguro disfrutaba viéndome así, humillarme ante toda la gente por una estupidez, no me importaba ser reconocido como el más “bello” de Tellius, lo que me importaba era cumplir con mi trabajo, aunque Lucretia sacaría la excusa de que tomara esto como una misión.

Sentí como me desataban, podía huir si lo quería, pero luego tener a Lucretia sobre mí, reprochándome mi actitud, no, prefería humillarme aquí que recibir uno de sus endemoniados castigos.

De pronto una chica de pelo castaño y ojos azules se nos acerco, y nos saludo, para luego darnos sus tres preguntas a contestar. Luego se acerco una cleriga bastante atractiva, pidiendo algo bastante atrevido, aparte mi vista y coloqué cara de mal humor, pero sentí una mirada penetrante, me voltee y para mí sorpresa era Lucretia, quería que cumpliera esa absurda petición, no podía hacer nada más que obedecer, con la más mala actitud me quite mi capa y chaleco para dejarlos caer al piso, dejando mi torso desnudo, no era gran cosa, una complexión normal, de pronto un poco los músculos marcado para nada sorprendente, aunque se me había olvidado por completo que tenía mi estigma en mi hombro izquierdo.

La seductora mujer paso sus dedos sobre mi pecho y espalda, haciéndome dar un escalofrió y poniéndome un poco ruborizado, que me estaba pasando estaba saliéndome de mi control, y eso no era nada nuevo, sobre todo lo que empezaba a verse sobre mi pantalón. Cerré mis ojos controlando mis ansias, bajando los humos de mi amigo entre mi pantalón, y como la otra señorita lanzó sus tres preguntas. Sin embargo no fue solamente eso los que nos lanzó, la señorita me dio un papel, con una invitación.

-Tsk…- Arrugué el papel y lo deje caer, no me interesaban otras mujer que no fueran Lady Cerise.

Por último una lagus lobo igual que la primera dama nos saludo y nos dio a conocer sus preguntas.

Ya estaba todo listo ahora nosotros debíamos responder, pero ninguno se lanzó, hasta que volví a sentir esa escalofriante mirada, de nuevo Lucretia, me incitaba a lanzarme al agua de primeras, refunfuñando di dos pasos adelante y me presente.

-Buenas noches, mi nombre es Asbel- Dije en un tono frío y una voz profunda, me gire para mirar a la chica de los ojos azules y comencé a responder sus preguntas.

-Mi trabajo es obtener información y acabar con revueltas que se presenten, y lo que más me gusta es cumplir con mis misiones- No podía decir que era un espía ese era un secreto supuestamente, y si Lady Cerise se diera cuenta, Lucretia me mataría. -Odio el fracaso, y a los fracasado que se rinden por todo- Al recordar la última pregunta mi corazón comenzó a palpitar a mil por hora, sentí como mi cara volvía a tornarse roja, me respiración se acelero y agaché la mirada -La persona que más admiro es a Lady Cerise…digo a Lady Lucretia- Bravo me había echado la soga al cuello, de seguro Lucretia debía estar partiéndose de risa en estos momentos, maldigo mi suerte y a mi lengua que me habían traicionado en esos momentos.

Alcé de nuevo la vista y pasé a mira de nuevo a la seductora cleriga, apartando mi vista de sus atributos y procurando ver solamente sus ojos -La verdad no quería participar en esta estupidez, pero CIERTA persona me a obligado a participar- Maldición la mirada de mi señora de nuevo estaba sobre mí, pero debía ignorarla. En la segunda pregunta volví con la estupidez de mis pensamientos en Cerise, esa mujer era la que me robaba mis pensamientos, cerré mis ojos y soltando un gran suspiro respondí -Su inteligencia, sus valores y sentimientos, deben ser puros, tan puros que tengas miedo de que si le hablas podrías destrozarla, que con el simple pétalo de una rosa sobre su piel podría rasgarla, esa es mi mujer ideal- Me estaba dando cuenta de porqué me había traído aquí Lucretia, me quiere tener mortificado con todo lo que digo, y de paso divertirse con mi balbucearías.

Me crucé de brazos y decidí responder la última pregunta, mi más grande humillación iba a comenzar -Bueno, para comenzar, sería un pasea bajo el manto celestial de la luna, para dar lugar a una cena al lado de una fuente que tenga un brillo místico gracias a la luna, eso es todo- respondí con tono serio o lo más rápido posible, siempre le quise hacer eso a Cerise, pero siempre andaba ocupada, y nunca lo logré hacer, bajé mi mirada y volví a mi estado serio y frío.

Ahora me dirigiría hacia la señorita lagus -Mi sueño…- Mire hacia el piso, y me di cuenta que no tenía sueño alguno, o si lo tenía pero no lo podía decir en publico, debía inventar algo, alcé de nuevo la vista y mire a los ojos de la loba-Mi sueño es volverme una leyenda andante- Que barbaridad acababa de decir, una leyenda andante, otra carta más para que Lucretia se burlara de mí, negué con mi cabeza, solo faltaban dos y acabaría esta infernal tortura -Fracasar, le tengo miedo a fracasarle a la gente que depende de mí- Por fin una respuesta con la cual no me había vuelto un payaso, esperaba que la última la respondiera así -Creo que esto te lo podrá responder mejor que mis palabras- Le mostré la marca que tenía un mi hombro izquierdo, de seguro ya habría notado que era un estigmatizado, y que aceptada a los lagus como a cualquier Beorc.

Por fin había terminado mi humillación mas gran, a partir de ese momento iba a salir con una mascara a la callé, ahora mis enemigos se burlaran de mí, pero juro que Lucretia me las va a pagar.

Di dos pasos atrás y volví a quedar con los demás concursantes.
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Ryu
Laguz - Dragón Rojo
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La furia ardiente del Dragón Rojo


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« Reply #5 on: November 16, 2009, 01:51:50 pm »

Ryu había sentido un golpe en la nuca, y el sonido de algo rompiéndose. Al darse la vuelta para ver quién había osado pegarle semejante trancazo, recibió otro en la frente y luego todo se volvió oscuro. Para cuando quiso despertar, se encontraba en una suerte de concurso, con una mujer que no conocía hablando sobre las mujeres que iban a ser el jurado. Una mujer de tierras lejanas, una clériga y... una laguz, a saber de qué raza, pero una laguz. Se le quedó mirándola parpadeando mientras se frotaba la frente y después la nuca. Jo, dolía... Una vez terminaron las presentaciones, escuchó las preguntas.

Las preguntas de Jade le parecieron no demasiado malas, aunque eso de tener que responder cosas personales delante de tanta gente no era precisamente lo que tenía en mente hacía... no sabía cuánto tiempo llevaba "durmiendo", así que simplemente diré que desde que se había levantado aquella mañana. Ante la petición de la clériga, parpadeó un par de veces y suspiró. Se sacó la camiseta sin más, tirándola por ahí, no le importaba mucho que le viesen sin ella. Ryu poseía un torso bien formado, unas espalda más o menos ancha y unos músculos de acero toledano, con un tono broncíneo de piel totalmente regular. Parecía mucho más grande que los demás, ya que les sacaba más o menos 10 centímetros a todos, y su pelo azul rebelde remarcaba esto bastante. Seguro que elegían a alguno de los otros, él era muy diferente... muy raro.

Las preguntas de la clériga, así como sus maneras, le hicieron alzar una ceja y pensar si esto no se estaba pasando de madre. Se tensó bastante cuando pasó sus dedos por su torso y espalda, haciendo que estuviesen mucho más prietos, y tragando saliva disimulando lo que podía. Era una clériga, ¿no? Se supone que no debería... bueno, no tenía ni idea, la verdad. No es que fuese un hombre muy religioso, ni que le importase la religión más allá de saber que había que adorar a la Diosa. Finalmente, las preguntas de la laguz, no sabía si porque era laguz o por si eran mejores, le gustaban más. Bueno, era hora de responder, al ver que el chico de su lado lo hacía.

-Veamos... Mi trabajo es ser Mercenario de Xells y lo que más me gusta de él es que puedo seguir con mis amigos, que también son mercenarios. Odio al Imperio-eso era fácil de contestar- Y admiro a mi padre, que nunca conocí, porque era un gran guerrero laguz-sonrió ampliamente al decir aquello, se notaba que era totalmente sincero.

-Veamos, qué me hace especial... bueno, no lo sé, nunca me he sentido especial, pero digamos que me gusta proteger a mis amigos y a todo el mundo, y no me importa acabar con mis enemigos. Lo que más me llama de una mujer...-miró para otro lado rascándose la nuca- No lo sé, que sea... uf... ¿fuerte?-no tenía ganas de decir mucho, no fuese que fuera evidente quién le gustaba- Aunque, por otro lado... que no le importe que la proteja y me quiera, eso sería suficente para mí-se pensó la pregunta del momento romántico unos cuantos segundos largos-. Creo que la llevaría a dar un paseo entre las nubes, para que sintiese lo que significa poder volar, y después... le llevaría a esos sitios que sólo se pueden llegar volando y que son tan bonitos que hasta te hacen sentir pequeño comparado con el mundo-conocía muchos sitios así, y seguro que compartirlos era tan bueno como descubrirlos.

-Mi sueño es estar a la altura de mi padre como guerrero, ser un dragón guardián de leyenda. Sé que es un sueño muy elevado, pero no desespero, ni tampoco me entristeceré si no llego a tanto, pero sin metas, nadie llega a nada, nunca-luego se pensó lo del miedo, no sabía muy bien si le tenía miedo a algo-. Yo qué sé... cuando le tenga miedo a algo, ya os lo diré... Y... sobre los laguz... ¡Qué voy a decir! Somos un pueblo orgulloso, grandes guerreros, poderosos y tenemos mucho tiempo en nuestra vida para mejorar. No digo que seamos mejores que los beorc, para nada... pero sí que es cierto que tenmos nuestros puntos fuertes. De todas formas, todos compartimos el mismo cielo.

Después se puso a buscar su camiseta con la mirada, esperaba que le echasen ya de una vez y le dejasen seguir con su vida. Quizás se podría transformar en dragón y huir, pero seguro que se cargaba algo en el proceso y Kyle, que parecía que también estaba allí, le echaría la culpa. Además, no podía dejarle allí solo, ¿no? Aún así, no le gustaba que estuviese siendo juzgado. ¡A ellas qué les importaba! Si querían saber cómo era, que le conociesen, y punto. Y no importa quién sea más "guapo", porque eso era un término subjetivo sin mayor repercusión. Lo que importaba era lo fuerte que podías ser.
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Warren Wolfson
Beorc Aprendiz
Cadete
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Hijo de la Luna


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« Reply #6 on: November 19, 2009, 06:46:53 am »

http://img94.imageshack.us/img94/3414/warrenletsdance.jpg
http://img5.imageshack.us/img5/6424/warrenluna.jpg
http://img196.imageshack.us/img196/9605/warrennight.jpg


Warren huía de los guardas como si le fuera la vida en ello, cómo un animal indefenso perseguido por los ansiosos cazadores.  Era ágil y escurridizo pero no pudo evitar al final quedar acorralado por algunos de sus perseguidores. Decían que simplemente querían hablar pero el chico dudaba de las palabras de los soldados que le apuntaban con lanzas. Al final no tuvo más remedio que acompañarles hasta un edificio de Crimea que no tenía muy buenas pintas. Por algún motivo empezaba a sentirse incómodo y amenazado.

Parecía un sitio pijo donde se reunía gente pija para discutir cosas pijas y cada vez se preguntaba más frecuentemente cual era el motivo por el que estaba allí. Cruzaron varios pasillos bien ornamentados y distinguidos hasta llevarle a una habitación totalmente a oscuras. Los vigilantes le empujaron y le dejaron en medio de toda la oscuridad, para encontrarse con más hombres a su lado bastante confusos incluso algunos inconscientes. Empezaba a preocuparse de verdad. Se giró de nuevo para  abrir la boca pero de repente todo se quedó a oscuras y el joven quedó inconsciente de un golpe.

De repente un foco potente de luz iluminó toda la sala y Warren atado fuertemente quedó sorprendido de cuantísima gente estaba aquella noche sentada en las gradas no muy lejos de ellos.

-¿qué coño…?- empezó a susurrar mientras la condesa de Fayre anunciaba el evento más absurdo que había oído nunca. Warren se llevó una mano a la cara flipando por lo que estaba pasando y después no pudo evitar empezar a reírse a carcajadas. Todo aquello le resultaba absurdo. ¿Un concurso? ¿A eso se dedicaban los gobernadores en sus tiempos libres? pensó mientras intentó contenerse la risa. Se habían equivocado completamente de persona, pero si pensaban que él era uno de los concursantes sería porqué realmente le consideraban atractivo y capacitado para las pruebas. Aquello hizo que Warren sonriera con su siempre irresistible sonrisa ladeada y despreocupada, para poder disfrutar del concurso y hacer como siempre, lo que le diera la gana.

La primera miembro del jurado se alzó. A juzgar por su expresión no le había hecho mucha gracia la presentación de  Lady Lucretia sobre su persona. Lo cierto es que no le había gustado a ninguna de las tres, pensó mientras analizaba cuidadosamente a las otras dos mujeres del jurado. Intentó memorizar las primeras preguntas para que pudiera responderlas más tarde e  ir pensando en lo primero que se le ocurría. De momento eran preguntas que no le iban a comprometer en nada y si alguna de ellas lo hacía simplemente tenía que mentir naturalmente como siempre lo había hecho.

La segunda miembro del jurado se levantó de su respectivo asiento y se acercó sensualmente los concursantes. Warren se puso bastante nervioso al ver lo que estaba intentando  hacer. De nuevo volvía a sentirse intimidado como un animal acorralado.

Las cuerdas que sujetaban su cuerpo se aflojaron para poder quitarse la camiseta sin ningún problema. La petición de la atrevida clériga hizo intimidar al joven y por primera vez se sintió verdaderamente incómodo. No le hacía mucha gracia tener que desnudarse delate de todo el mundo aún sabiendo lo que su brazo izquierdo escondía. Se fijó entonces en uno de los primeros concursantes y se dio cuenta de que él también poseía un estigma en el mismo brazo. Eso hizo sentirse un poco más tranquilo y se quitó lentamente la camiseta para revelar su torso delgado desnudo. Era un chico normal, con varios músculos desarrollados y los hombros un poco más estrechos por su complexidad ágil y fibrada. Cuando Medea se acercó a él la miró con desconfianza.  Si se atrevía a rozar con su lujurioso dedo la marca del estigma estaba seguro de que reaccionaria bruscamente, tal y como hacía siempre cuando alguien le rozaba sin querer su hombro izquierdo.

Cuando terminó su registro dejó escapar un suspiro de alivio y buscó ávidamente su camiseta al sentirse algo desprotegido sin ella. Pudo distinguir que entre los concursantes, los jurados y la propia dama de la ceremonia se conocían entre ellos. Warren sabía perfectamente que no ganaría aquel concurso ya que no conocía a nadie pero poco le importó, simplemente lo disfrutaría para divertirse un poco y sorprender a los jurados con sus respuestas.

La tercera jurado dictó las últimas preguntas y entonces los dos chicos que había a su lado empezaron a presentarse y a responderlas uno a uno. Cuando le llegó el turno no dudó en esbozar una sonrisa ladeada y presentarse como siempre lo había hecho

Mi nombre es Warren…Warren Wolfson- dijo haciendo una pequeña reverencia al jurado sin perder aquella sonrisa característica de bufón- Mi trabajo no se basa más que en la pura supervivencia. Viajó por toda Tellius y cojo lo primero que me vaya bien y que no me suponga mucho trabajo. Lo que más me gusta de él es que no me ata a nada y siempre puedo hacer lo que me plazca-dijo despreocupado. En la segunda pregunta pensó durante unos instantes en su familia en especial a su padrastro pero prefirió no abrir la boca y decir otra de sus verdades -Odio al Impero, sobre todo cuando invadió mi hogar-dijo esta vez más serio que de costumbre. En la tercera pregunta también respondió con sinceridad –Admiro a mi verdadero padre…sé que es un fuerte Laguz y me hubiera gustado conocerle-

La primera ronda de preguntas no le había supuesto ningún esfuerzo, pero aún no estaba todo de su parte. La siguiente pregunta le hizo bastante gracia, no pensaba en absoluto merecer el título del hombre más atractivo, pero sabía perfectamente que su cuerpo era envidiado por muchos. Tuvo que romperse mucho la cabeza para responder a la pregunta. La clériga era la que tenía que poner las preguntas difíciles y comprometedoras…

-La verdad es que no hay ninguna razón para que me escojan….-dijo simplemente, sabiendo que en su ser solo había defectos y no se destacaba ninguna cualidad que pudiera enamorar a ninguna mujer. Eso le hacía sentirse bastante frustrado pero tampoco le daba importancia el hecho de conquistar el corazón de una mujer. Tenía cosas mejores que hacer en su vida.


-Lo que más me atrae de una mujer suele ser su cabello y sus gráciles movimientos sensuales. Supongo que también hay que tener en cuenta que pueda llegar a soportarme, que eso es difícil, y que pueda devolverme inteligentemente todas las barbaridades que le suelto. Es divertido que me sigua el juego con  ironías que me sorprendan. Ha de entretenerme mucho para que no llegue a cansarme de ella…-


-Si tuviera que sorprender a una mujer…-omitiendo el hecho de que esa mujer  fuera Medea-sería en la profundidad del bosque, es un lugar tranquilo rodeado de naturaleza donde no te puede molestar nadie.


La segunda ronda de preguntas no estuvo mal. Ya quedaba poco para librase de la tortura de aquel concurso. Aunque tenía curiosidad por saber a quién votaría cada mujer. Por supuesto el no estaría en la lista de ninguna. No esperaba gustarle a nadie, y si realmente hubiera en aquella sala alguna mujer que le interesara no daría tantos rodeos.

-¿Mi sueño? -Meditó si esa pregunta le comprometía en algo- la verdad es que me gustaría conocer a mi padre. En parte lo que dijo era cierto, pero lo que más anhelaba en aquel mundo es que no le juzgaran, sentirse aceptado por los demás sin que le vieran como a un monstruo. Claro que su comportamiento nunca lo ayudaba mucho.

Se atragantó con la segunda pregunta y pensó cualquier escusa que se le pasara por la cabeza pero estaba tan saturado de mentiras que se le acabaron las escusas y tuvo que resignarse a contestar sinceramente.

-Supongo que tengo miedo…-tragó algo de saliva - a estar solo…- lo dijo casi como un susurro para que no pudieran escucharle mucho, pero aún así ya había contestado y no iba a repetirlo de nuevo.

La última pregunta era la más fácil de todas y la contestó alegremente y sin interrupciones.-La verdad es que los Laguz son mejores que muchos de los Beorcs. Si por mí fuera creo que me hubiera gustado ser más un Laguz ya que tengo más semejanzas con ellos…a veces me comporto como un verdadero animal-

Al fin la tortura terminó y pudo descansar de nuevo esperando a que todos los demás concursantes contestaran. Tenía bastante curiosidad por los resultados finales.

 ¿Quién sería el desafortunado ganador?
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¿Te ha gustado? A eso se le llama una paliza...
Kyle
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Hijo de la Espada


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« Reply #7 on: November 19, 2009, 10:04:31 am »

[FDI: http://img.photobucket.com/albums/v412/Kakashi-Sharingan/Fire%20Emblem/Kyle12.jpg
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Ropas: http://img10.imageshack.us/img10/5949/kylemercenary.jpg ]

Kyle era incapaz de recordar nada, por más que lo intentaba.

¿Dónde estaba, cómo había llegado allí y con qué propósito? Mientras la oscuridad le rodeaba y trataba de despertarse de lo que parecía un sueño profundo, con un dolor de cabeza que podría deberse a cualquier cosa, el muchacho intentó atinar a mirar hacia los lados, sólo para ver una multitud de personas rodeándole: Para cuando su vista se fue aclarando se dio cuenta de que el lugar donde estaba no le sonaba en absoluto, parecía el interior de algún templo rodeado de extraña magia y donde la decoración de corazones y las luces los envolvían por completo.

Quiso preguntar qué estaba pasando cuando se dio cuenta de que no estaba solo: Ryu se hallaba también allí, así como otro grupo de personas, siendo la que más llamaba la atención una mujer de piel oscura que se dedicó a presentar todo aquello, declarando la intención de lo que quiera que fuese eso.

Escoger al hombre más bello de todo Tellius.

Al escuchar tamaño objetivo, los ojos de Kyle se abrieron coom platos y no tardó nada en absoluto en empezar a sentirse tremendamente incómodo, especialmente cuando comenzó a escuchar las preguntas: Iban a ser evaluados por un grupo de chicas, a cuál más hermosa, y eso hacía que no pudiese sino sentirse más nervioso... ¿Se suponía que debían escoger a uno de ellos en base a sus respuestas? Kyle sabía que él no sería uno de los Elegidos, era un Estigmatizado, una criatura maldita, así que inicialmente se quedó en silencio para luego mirar hacia el grupo de personas que había allí, para responder a sus preguntas del mismo modo que otros antes que él lo habían hecho.


- ... Me llamo Kyle, Mercenario de Xells. Para ser sincero, no sé qué es todo esto, ni cual es su objetivo, pero... Lo que más me gusta de ser mercenario es que puedo ayudar a los demás y marcar una diferencia. Respecto a quién admiro... Mi "hermana", Lizbeth de Xells, siempre ha sido mi heroína. También mi madre y mi tío y aquellos que luchan contra las injusticias y hacen lo correcto... Pero sobre todo Liz...


Al decir aquellas palabras se sonrojó violentamente.  Pensar  en Liz siempre causaba en él ese efecto... Había jurado que se volvería tan fuerte como ella y que, cuando volviesen a verse, sería él quien pudiese protegerla. El  joven no dejaba de soñar con el día en que volviese a verla y pudiese mirarle a los ojos, decirle que ya era un hombre y que podría protegerla de todo cuanto hiciese falta, que ya no tendría que seguir en su sombra por más tiempo...  Siempre la había admirado y deseado estar a su altura, poder mirarla a los ojos y sostenerla en sus brazos sin sentirse inferior a ella, ser él quien cuidase de ella, en vez de a la inversa, incluso siendo un Estigmatizado.  Se llevó la mano a su marca y aspiró durante unos instantes.


- Lo que odio... Es ver sufrir a los demás. No lo soporto... Mucho menos si es por mi causa.


Tras decir aquello cerró los ojos, habiendo respondido a la primera de las chicas, sin embargo, volvió a abrirlos, sonrojado violentamente, al escuchar las palabras de otra de las personas allí presentes, que pedía que se desnudasen de cintura para arriba. Esa era una de las situaciones más difíciles a las que podía enfrentarse, especialmente teniendo en cuenta la cantidad de gente que allí había, pese a ello, pudo observar que muchos de sus compañeros, Ryu incluido, no tenían el menor problema para mostrarse tal como estaban, incluyendo dos de ellos con marcas similares a la suya propia... Él, sin embargo, sólo pudo llevarse la mano a su marca, cerrando los ojos.

No podía mostrarla como lo pedía... Y, sin embargo, acabó despojándose de sus ropas para dejar al descubierto el torso bien trabajado por los extraordinariamente duros y exhaustivos entrenamientos, un cuerpo bien formado, tonificado por las horas de trabajo y levemente bronceado por el sol, sin embargo, pese a ello, bello y suave, como si en vez del cuerpo de un hombre de guerra fuese el de un chico. Medía 1.84, sólo unos 6 centímetros menos que Ryu, y su cuerpo no parecía haber sufrido ninguno de los rigores de un duro entrenamiento más allá que en lo notablemente trabajado de los músculos y la firmeza del vientre. Ni cicatrices, ni marcas de heridas, apenas nada, salvo aquello que cubría afanosamente con la mano izquierda, negándose a permitir que pudiese ser visto.

 Cuando esa mujer tocó su torso y espalda, Kyle se limitó a cerrar los ojos, sonrojado y suspirar levemente, dejando que aquello pasase. Cuando el contacto se disipó, simplemente abrió los ojos, notando en su mano derecha una invitación para algo que le hizo sonrojarse más aún. Se calmó, espirando tranquilamente, y esperó antes de dar sus respuestas a la clérigo... Aunque no parecía ser como las que mencionaban en los libros, de hecho, era... Demasiado abierta. Mucho más que cualquiera que hubiese conocido.

Respondió.


- ... Lo siento, pero no puedo responder a esa pregunta. Si tengo que ser sincero, no sé qué razones podría tener para que alguien me escogiese, o para ser considerado "especial".  Respecto a lo que me atrae de una mujer... Supongo que... que sea fuerte, y comprensiva. Que me acepte tal como soy... Y que me deje protegerla.  Y respecto a un momento romántico, o especial... ¿No lo son todos, si se está con la persona que se ama? Bastaría una caricia, o una palabra amable, o simplemente reposar a su lado para que sea especial. El dónde... O cuándo... ¿Realmente importa?


Y, cuando acabó de responder las preguntas de la mujer rubia, llegó el turno de una tercera, una chica Laguz, probablemente de la raza canina por lo que podía observar, de cabellos plateados y ojos violetas. De nuevo, las preguntas resultaban comprometidas, pero ni mucho menos tanto como las que había formulado la clérigo, detalle que agradeció en grado sumo...

Se sonrojó.


- ... Mi sueño. Mi sueño es poder marcar una diferencia. Quiero acabar con la guerras y crear un Tellius donde todos puedan vivir en paz y armonía, sin que nadie sea discriminado por razones de raza, creencia o ascendencia... Quiero crear un Tellius donde el derramamiento de sangre no exista y todos puedan escoger su propio camino. Y, sobre todo... Quiero convertirme en alguien digno de llevar la sangre de mis ancestros.  A lo que tengo miedo... Es a fallar a quienes confían en mí.


La respuesta correcta hubiese sido, realmente, que tenía miedo a convertirse en un monstruo, pero aquello era la verdad... Si aquello acababa pasando, acabaría fallando a aquellos que contaban con él, y eso no se lo podía permitir bajo ningún concepto.  La última pregunta fue la que más agradeció era más... casual, menos personal. Más fácil de responder.

El muchacho sonrió levemente mirando a la loba.


- ... Creo que los Laguz son una raza extraordinaria. Fuertes, orgullosos, y sin miedo a nada... Si Beorc y Laguz trabajasen juntos, no cabe duda de que mi sueño podría cumplirse con facilidad.  Y, al margen de eso, también son criaturas hermosas. Usted es una buena prueba de ello, señorita Halfmoon.


Su sonrisa fue a la par dulce y tranquila. Imaginaba que, como él, ella se sentiría a veces cohibida por ser una Laguz y estar rodeada de Beorc pero, por lo que sabía... No creía que fuese así del todo, los Laguz eran aceptados por la gran mayoría de la gente de Tellius, salvo algunos grupos reducidos, mientras que la gente como él, estigmatizados, eran despreciados tanto entre Laguz como Beorc. Los llamaban "huérfanos", después de todo. No podía culparlos...

Sólo restaba aguardar.
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Orphen
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Gnosis de la Muerte


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« Reply #8 on: November 26, 2009, 08:54:36 am »

No sabía cómo había terminado atado en aquel panel, en medio de un lugar tan ruidoso, pintoresco y lleno de vida. Me producía algo de náuseas tantos corazones y color rosa por todo lado. Tenía una luz candente sobre mi cabeza, me provocaba volver humo mi sombra para poder protegerme de aquel fulgor. Sin embargo, a pesar de mi desagrado, fingía muy bien una sonrisa luminosa que mostraba mi “entusiasmo” por aquel evento.

Según había leído una vez, en Tellius se hacia la elección del hombre más apuesto de todo el continente, y extrañamente había llegado a parar aquí, concursando. La verdad no tenía muchos ánimos de venir a ser juzgado y deliberado por algunas chicas habidas de amor, según había dejado claro Lady Lucrecia. Pero ya estando aquí, contra mi voluntad claro está, iba a jugar un poco usando uno de mis intelectos para poder ganar.

Lo que si tenía claro era que, todas las chicas eran bastante hermosas y me entraban unas ganas profundas de beber un poco de su sangre, de encerrar sus almas y estudiar sus cuerpos. Eran especímenes perfectos para mis investigaciones, y si lograba ganar podría acercarme a ellas, y tal vez seducirlas hasta que mi daga pudiera tocarlas.

Mis ojos brillaron extasiados.

Pronto las jurados iniciaron su presentación personal, y luego se vinieron las preguntas a contestar. Debía ser inteligente al momento de hablar, de esto dependía la investigación que me había fijado en mente.

La señorita Jade fue la que lanzo las primeras tres preguntas. Eran bastante buenas, aunque no estaba muy seguro de cómo responder a la primera pregunta sin herir susceptibilidades.

La segunda en intervenir fue la señorita Medea, la cual demostró ser la más atrevida y gozadora de todas demandando que abandonáramos nuestros ropajes, para poder apreciar nuestra desnudez. Sin tapujos ni dudas me descubrí la parte superior de mi cuerpo, después de todo mi pecho siempre mantenía a la vista, así que solo era mostrar mis hombros y abdomen.

Sentí como su delicado dedo profano mi cuerpo y produciendo una sensación de cosquilleo. -¿Desea que retire también mi pantalón?- pregunte cordial, mientras dejaba a un lado mi chaleco, las vendas y el cinturón que me había quitado.

La última en hablar, pero no menos importante, fue la señorita lobo Halfmoon la cual cortes y cortante lanzo sus respectivas preguntas, concluyendo así con la primera ronda de incógnitas que debíamos resolver.
Varios chicos tomaron la palabra primero dando sus respectivas respuestas, las cuales ignore por completo ya que debía pensar lo que yo iba a decir, nada mas importaba. Pronto y después de algunos minutos se hizo un silencio perfecto, por lo cual me dispuse a responder sonriente y simpático.
Ahora era mi turno.

-Es un deleite conoceros a todas ustedes, mi nombre es Orphen, nacido en Gaddos y hace ya algún tiempo viajo por todo el continente en busca de gnosis. Me alegra estar entre este selecto grupo de guerreros disputando el titulo del “Orgullo de la rosa” en este hermoso evento- continúe fingiendo mi sonrisa y guiñe el ojo a Jade, la primera juez en hablar.

-Siguiendo con el orden de las cosas, me dispongo a responderos vuestras inquietudes:

1. Mi trabajo se puede comparar con el de un coleccionista. Como dije anteriormente, viajo por todo el continente en busca de gnosis, de magia antigua, de poder arcano. Mi complacencia es el conocimiento, no existe nada más preciado que el poder del intelecto. Soy un acolito, mi profesión es estudiar la vida y la muerte, y como dije antes lo que más me gusta de ello es el conocimiento que obtengo.-
Respire un poco, sentí que mi respuesta había sido indicada, era la verdad pero un poco maquillada, para no causar controversia.

Retome entonces un poco de aire más y continúe, esto apenas empezaba.

-2. Si, existen muchas cosas a las que odio, pero lo que más enerva mi ser es ser usado o traicionado por alguien. Por ello prefiero estar siempre solo y así no permitir que yo sea un objeto al servicio de alguien.- Eso era completamente cierto, por eso prefería usar yo a las personas antes de ser usado. Mi  padre murió por seguir las órdenes de los altos mandos de Sienne, y eso me dolía bastante.

-3. La única persona que pudo alguna vez tener toda mi admiración, fue mi padre. Desafortunadamente el murió, y no pude continuar con sus sabias enseñanzas.-  El hablar de mi padre me hacía daño, agache un poco la mirada, pero pronto la volví a alzar recobrando mi postura “entusiasta”.

Me detuve para recordar las preguntas que habían hecho la atrevida y sexy Medea, y una vez recordando lo que iba a decir,  lo solté mirándola a ella.

[-4. Veamos… Lo que más valoro de mi ser, y lo más importante a mi parecer, es mi mente curiosa y mis deseos de conocer lo que nadie más ha conocido. ¿Es eso especial para usted?- Pensaba que las cosas “especiales” eran algo subjetivas, y por eso preguntaba al final.

-5. Creo que toda mujer tiene su belleza, pero lo que realmente me llama la atención de una mujer es su actitud. Que sea ella misma, sin miedos ni cohibiciones. Que luche por lo que quiere y que le guste la aventura… Una mujer así, es la ideal para mí.- le dedique una mirada de Medea, ella era la que había captado mi atención por su seguridad al actuar.

-6. En cuanto al lugar… Sin duda seriamos tú y yo en medio de un claro de bosque bajo la luz de la luna llena.- Me ruborice un poco al decirlo tan abiertamente, pero sin embargo nunca perdí la compostura y seguí mirándola seguro de mi mismo.

Por último quedaban las preguntas de la Laguz, las cuales me parecieron interesantes y comprometedoras a la vez, así que tendría que manipular un poco la información… Pero nada de mentiras.

-7. Mi sueño…- suspire pensando en mi padre –… Es comprender el fluir de la existencia de los organismos vivientes, el porqué de la vida y la muerte. Al hacer esto, la vida del señor Oscuro estaría en mis manos, podría acabar la guerra en un abrir y cerrar de ojos.- Algún día cobraría venganza.

-8. El Miedo es algo… innecesario, pero lo que más se acercaría a ese sentimiento, para mí, es morir antes de poder estar frente al señor Oscuro. Primero quiero enfrentarlo. No moriré en paz antes.-

-9. Y para finalizar las preguntas… Mi opinión sobre la raza de los Laguz, es que son criaturas sencillamente bellas. Son una raza honorable, aguerrida y dispuesta a todo por sus ideales... Además de ello, son criaturas con una sabiduría oculta en sus venas. Una fascinante magia atesorada.-
“Y que me gustaría obtener” complemente mentalmente a lo dicho.

Suspire y volví a repasar a las tres jurados que nos juzgarían en aquel concurso de belleza. Mi aspecto era el de un chico sereno y decidido a ganar al concurso en que lo habían metido. Tenía mis objetivos oscuros, pero mi rostro reflejaba bondad.

¿Qué impresión habría causado en las chicas?, esperaba que la correcta para ser elegido y poder acercarme a ellas… así fuera a una sola.
« Last Edit: November 26, 2009, 08:56:34 am by Orphen » Report Spam   Logged
Seiken
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La inocencia tiene un nombre


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« Reply #9 on: November 27, 2009, 10:24:39 am »

Seiken apareció de entre detrás del resto de participantes casi arrastrado por Lady Merces, ya que de nuevo se había despistado entre tanta gente. Ni si quiera se había enterado exactamente de qué hacía allí, exceptuando que la noble le había dicho que sería divertido y que podría aprender mucho. Y Seiken no dejaba pasar las oportunidades de divertirse y aprender, especialmente si iban juntas.

Le dedicó una cándida sonrisa capaz de derretir todo el polo norte cuando esta le dejó a un lado de un tipo bastante cuadrado y de pelo azul (Se le veía imponente, de hecho), y cuando empezaron a hacer preguntas se dedicó a preguntarle a la mujer que qué decían en su idioma, de un modo adorablemente curioso. Tras asentir un par de veces, se quitó la camisa (aunque no entendía muy bien esa necesidad, pero bueno), dejando a la vista un torso muy cuidado, algo que no parecía entre una ropa tan holgada. Sus músculos eran delgados, pero claramente marcados y desarrollados e incluso sus abdominales se marcaba a medida que respiraba tranquila y suavemente.

Dejó los brazos a sus costados, mirando todo a su alrededor, mientras intentaba organizar las preguntas y sus respuestas en su mente. Entonces empezó a hablar, traducido directamente por la presentadora

<Veamos... Mi trabajo. La verdad es que no tengo algo así como trabajo, es más bien una pasión y un modo de vida, y son las artes marciales, especialmente el combate con espada flexible, aunque eso ya lo conoces, Jade> una enorme sonrisa se dibujó en sus labios, mientras miraba a la arquera directamente a los ojos. Se recolocó la larga y sedosa coleta para que colgase detrás de él y prosiguió hablando <Sobre algo que odie... las injusticias en general. Es algo que no soporto y salto a la primera, pero eso también lo sabías, Jade> de nuevo esa sonrisa de anuncio de dentífrico se asomó a sus labios

<Y finalmente... ¿Alguien a quien admire? Esa es muy fácil, Jade. Eres tú> sonrió de oreja a oreja, antes de empezar a enumerar <Desde que te conozco se te ve siempre decidida, no dudas y te repones de tus caídas. Cuando me conociste me ayudaste sin conocerme de nada y me consolaste, te molestas en enseñarme tu idioma aunque me cueste aprenderlo, tratas bien a los animales y siempre que sonríes, reconfortas. Así que sí, te admiro, aunque eso ya no sé si lo sabías>

Entonces sus ojos se posaron en la siguiente mujer, una señora que vestía ropas de tipo túnica. Como Lucretia, aunque enseñando mucha menos piel, claro. Se ve que sólo a Lucretia le gustaba enseñar piel, y la verdad es que a Seiken le parecía poco práctico. Se debía de pasar mucho frío.

<Hmmm especial... especial es una palabra un poco agresiva. No hay nada en lo que uno destaque que otra persona no le supere. Es ley de vida, pero todos tenemos nuestras virtudes. Así que lo consideraré como "qué virtudes tengo". Eso ya es algo fácil: Soy ágil, tengo buena mano con los animales, me gustan los niños y aprendo rápidamente. Soy protector con mis amigos y muy fiel a ellos. Bajo ningún concepto los traicionaría.> el chico asintió, convencido, antes de volver a tomar aire, intentando recordar la siguiente pregunta

<Por la Diosa, cuántas preguntas... espero que no se me olvide ninguna. A ver, la siguiente era... ah, sí. ¿Qué me llama más la atención de una mujer? Hmm... la verdad es que me es indistinto el sexo, lo que más me atrae la atención de una persona es la sonrisa y sus ojos. Mi maestro decía que los ojos son el espejo del alma, y ahora que he conocido a mucha gente, podría decir que es cierto. Hay miradas que pueden hipnotizarte durante horas, o miradas que te hacen sentir mal. Así que sí, los ojos.> replicó, totalmente convencido.

<Hmmm... No entiendo la última pregunta. ¿Por qué iba a tener que impresionarte con algo romántico?> añadió, mirando a Lady merces. Tras una explicación algo corta, el muchacho hizo un silencioso "oh" con los labios, asintiendo <¿Que qué haría para impresionar a Jade? Pues eso es fácil... primero la llevaría al bosque y estaríamos a solas disfrutando de la naturaleza. Luego la llevaría a un sitio que conozco donde los ciervos van a beber tranquilamente y donde podría conseguir que se dejasen tocar y acariciar. Después nos iríamos al lago a contemplar el sol poniéndose, algo que me gusta mucho hacer. Y quizás finalmente le regalase una cría de gatito que encontré hace poco> añadió, con una sincera y enorme sonrisa. Entonces se centró en la laguz. La sonrió, intentando recordar de nuevo las preguntas. Tras lograrlo, asintió para sí

<Veamos... Sueño o meta... me gustaría ser un gran maestro marcial y así poder ayudar a mis amigos, y acabar con el mal que haya en la tierra, aunque soy consciente de que si uno no lo extirpa de su propio corazón, jamás podrá lograrse. Es una tarea que por desgracia yo solo no puedo hacer, pero no por ello voy a cejar en mi empeño de hacer el mundo uno mejor.> añadió, frunciendo el ceño en un gesto de decisión. Inmediatamente después suspiró y siguió hablando <A qué le tengo miedo... tengo miedo a equivocarme de nuevo, a que mis manos se manchen de sangre inocente o de que gente sufra por mi culpa. Sé que es inevitable, que tarde o temprano es muy posible que pase, pero no por ello puedo evitar tenerle miedo.> Negó con la cabeza, totalmente, serio, antes de clavar sus ojos en la laguz, mirándola fijamente <Finalmente... Laguz, Beorc o estigmatizado no significa nada para mí. Una persona es una persona, y no merece un trato mejor o peor por ser de una raza o tener unas cualidades diferentes. Merece un trato mejor o peor por aquellas cosas buenas o malas que haya hecho en su vida. Eso es todo> finalmente, con una suave reverencia, volvió a mezclarse entre los hombres medio desnudos, mirando a su alrededor.

¿Y esto qué tenía de divertido?
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Frank Stein
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« Reply #10 on: November 29, 2009, 12:17:41 pm »

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Frank fue al concurso voluntaria mente después de ser coaccionado por Harry y Estelle quienes le apoyarían desde el público. Intentaron secuestrarlo dejándolo sin sentido, pero Harry siempre atento le avisó, el “agente” falló el golpe y Frank le sonsacó información de un modo… no apto para menores. Así que después de dejar libre al agente (aunque con una fobia a las batas blancas por el resto de su vida), aceptó la invitación sin cachiporra y fue como un buen chico al escenario. Seria una experiencia interesante.

Frank se encontraba en el escenario junto al resto de participantes. Focos de luz, corazoncitos rosas, montones de mujeres histéricas frente al escenario… con algo de esfuerzo dio con su compañera entre el publico y le dedicó un saludo. Inexplicablemente varias de las mujeres de alrededor se conmocionaron ante el saludo, (a pesar de no haber conjurado nada). Se miró la mano extrañado y decidió ignorar el tema y encenderse un cigarrillo. Mientras las jueces se presentaban y planteaban sus preguntas Frank las observaba estudiándolas con la mirada.

La segunda de ellas (Frank olvidó el nombre tan pronto como lo escuchó), pidió que se sacaran la ropa de cintura para arriba. Frank no entendió muy bien el porque pero lo hizo sin decir nada. Su torso estaba dominado por una gran cicatriz que le cruzaba el pecho en diagonal. También tenía algunas otras menores en la espalda y en un brazo todas cicatrizadas y con las marcas de lo cosido. Por lo demás estaba bien desarrollado aunque no se le notaba nada de musculatura.

Dio tiempo de fumarse un par de cigarrillos antes de que le tocara responder. Alguno de los hombres parecían interesantes y seria genial su después de eso pudiera “estudiarlos” en su mesa  de laboratorio.

- Bien… Me llamo Frank Stein, y vengo de la escuela de medicina de Sienne. Soy un medico errante que viaja por todas partes ayudando a quienes lo necesitan. – Harry le había advertido que no mencionara palabra alguna sobre lo de resucitar muertos, y esas cosas, decía que eso espantaría a la gente, y que esto se trataba de caerles bien. Se inventó una pequeña historia sobre la medicina para que la contara. Así que Frank le hizo caso. Al fin y al cabo estos temas de relaciones se le dan mejor a Harry.

- Odio a los débiles de espíritu. – Obviamente Frank se refería a sus experimentos, la gente débil moría antes de poder avanzar mucho en sus investigaciones, aunque… nadie podía ser capaz de adivinar a que se refería.

- No admiro a nadie en particular, aunque aquellos fuertes y con una gran voluntad son los mejores. – Volvía a referirse a sus experimentos, estos últimos solían sobrevivir a las disecciones hasta el final.

La segunda jueza decidió acariciarme el torso. No entendía demasiado bien el porque pero... no hacia nada peligroso así que no me opuse. Esta planteó las preguntas mas complicadas, no entendía demasiado bien a que se referían, pero Harry le había dado algunos consejos sobre esto.

- Mi mayor merito siempre ha sido Harry. – Dijo con orgullo. A lo lejos entre el publico se escuchó un silbido de aprobación.

- Lo que mas me atrae de una mujer es su cuerpo. – Harry le dijo que dijera algo como sus ojos o su cabello si le preguntaban algo así, pero ciertamente no sabría que hacer con los trozos de una mujer así que seria mejor decir que me interesaba el cuerpo completo. Nunca es correcto estudiar las partes separadas de un todo.

- Momento… ¿Especial? ¿Romántico? – Esa pregunta había acabado con las ideas de Frank. No conocía ni nunca le había preocupado algo como los romances, de echo los encontraba inútiles. Así que no tenia ni idea de lo que responder. La única con la que se relacionaba era Estelle y recordaba que un día en el que comieron pastel juntos ella dijo que era muy bueno, que era especial…- Pasteles… - Dijo sin convicción.

Esta ronda de preguntas lo había agotado mentalmente, “¿Porque serán tan complicadas las mujeres? Tendré que investigarlo…” Se encendió un cigarro y prosiguió respondiendo.

- Tengo dos metas. Devolver a Harry a la vida, y obtener los mayores conocimientos y poderes que jamás hayan existido… Ups… - Se le había olvidado que harry le había dicho que no dijera nada de eso. Bueno, ya no podía hacer nada por arreglarlo, así que continuó como si nada.

- ¿Miedo? Supongo que a la muerte… Solo temiendo y respetando algo se consigue superarlo… Aunque lo mas habitual es que sea yo quien da miedo.

- Los Laguz… son interesantes… - Estaba deseando encontrar a uno para diseccionarlo y estudiarlo, pero no podía hacer eso con Estelle, le caía bien y además… no sobreviviría…

Al terminar se fue otra vez atrás con el resto de concursantes a la espera de las jueces, le traía sin cuidado lo que decidieran, simplemente estaba ahí por Harry, porque él no tenia un cuerpo que presentar en el concurso… Aun…
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Los nigromantes no matan. Reclutan. Frank Stein
Kashi
Beorc Mirmidón
Cadete
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Dios de la Velocidad


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« Reply #11 on: December 09, 2009, 05:33:45 am »

No sabía como era que había llegado a este lugar. Lo último que recordaba fue el ser emboscado por un grupo de asaltantes en los bordes del territorio dominado por un castillo en algún lugar del cual no sabía el nombre. Al principio, todo iba bien para mi, apaleando a esos bandidos, enseñándoles a tener mas respeto de aquellos que son fuertes por merito propio y no por ser animales carroñeros que gustan de atacar en grupo. Pero cuando había terminado eso, escuché como alguien se escabullía detrás de mí y cuando estaba por girarme para ver frente a frente a quien quería hacer tan tonta acción, recibí un fuerte golpe en la nuca, que me dejó fuera de combate instantáneamente.

Al despertar, me di cuenta por mi inmovilidad -y porque estaba sintiéndolo en la espalda- que estaba atado a un poste, en un lugar en penumbras, aunque se podía ver que no era el único que recibió esa clase de tratos. Otros tantos hombres estaban junto a mí, tal vez mas fuertes, más inteligentes y más maduros de lo que yo soy.

Y cuando la que parecía ser la anfitriona de este lugar dio inicio a este circo de locos, presentando a no se que juezas para cierto concurso del “hombre mas atractivo del continente” o algo así, me di cuenta de con que clase de personas estaba tratando: Locos de remate, que deberían encerrar en las catacumbas de un monasterio, o algo así para que no molesten. Pero si era cierto que las juezas estaban buscando un poco de amor, y con lo atractivas que eran, no podía negarme. No era nadie para negarles un deseo a los demás. Excepto que ese deseo sea que yo muera.

Cuando las tres féminas empezaron a circular en derredor nuestra, escrutándonos con sus ojos, de entre los cuales, la segunda de las mujeres mostraba ser la mas atrevida, no solo por la lasciva mirada que dedicó a todos los “participantes”, sino también porque nos pidió que mostráramos nuestro torso. Si ya por sentir la mirada de esas mujeres hizo que me sonrojara ligeramente, esa petición, aunque indignante, hizo que mi rostro adoptara el color de un tomate maduro.

Pero no sabia que podía pasar si me negaba, así que tuve que quitarme la chaqueta y la camiseta, mostrando mi torso recorrido por cicatrices de viejos combates.

Cuando las tres mujeres soltaron sus correspondientes preguntas, y después de que todos los otros participantes las hubieran contestado –confirmando mi temor de que ellos eran mejores personas que yo en todo-, di un paso adelante, con la firme intención de hacerlo lo mejor que podía, con pura honestidad.

-Esto… mi nombre es Kashi Horaiou y soy de Nevassa, en el reino de Daein. Por ahora soy un viajero que recorre los caminos del continente, sin una meta fija ni trabas que me detengan, disfrutando de la libertad que siempre había anhelado desde mi niñez. -Dije, tratando de sonreír con naturalidad.

Tras esa escueta presentación que resumía mi vida, era hora de contestar las nueve preguntas que las juezas habían hecho, y por lo tanto, aquí era donde debía ser especialmente cuidadoso.

-Sobre mi profesión… No tengo una fija, aunque parezca mentira. Pero si hubiera una que me gustaría remarcar, más que nada porque es con la que mas aprendí, es el oficio de gladiador. -Exclamé, mirando a la primera de las chicas-Pero ahora que me retiré para seguir viajando, no tengo un oficio fijo. Aunque uno nunca puede saber, claro, lo que la Diosa nos depara.

Suspirando varias veces, rememorando a las personas que había conocido, a los rivales de la arena, sonreí con tristeza. Si, extrañaba la vida del gladiador.

-¿Odiar? No creo. Aunque, tal vez… La deslealtad a los amigos. -Dije, tratando de ser lo mas sincero posible.- Creo que los amigos son lo mas importante en este mundo, ya que en alguien se tiene que confiar. -Tras eso, reí entre dientes, porque yo precisamente era alguien que no tenia amigos, porque mis viajes me lo impedían así, pero olvidando ese pequeño lapsus, continué hablando, para contestar la ultima pregunta hecho por Jade-Hay cierta leyenda entre los gladiadores, sobre un ex gladiador que era increíblemente fuerte. Tan fuerte que era capaz de combatir contra un ejercito el solo y salir victorioso. Si hay alguien a quien admiro y a quien me gustaría emular algún día, seria a esa persona, Jaku Rakan era su nombre.

Quedándome en silencio por unos segundos, y tras contestar las tres primeras preguntas, comencé a pensar como contestar las que la clériga pervertida había hecho hacia unos momentos. Guiñándole un ojo, aunque todavía con las mejillas sonrojadas por ese pequeño acto de antes, la miré fijamente.

-No creo tener nada meritorio que me haga resaltar ante los demás participantes. -Dije, con un deje de tristeza en la voz-Sobre que cualidades debe tener una mujer ideal… eso es difícil, porque no solo cuenta lo físico para mí, sino que también entran en juego la personalidad y la inteligencia que muestran. Tiene que ser una mujer culta, pero también simpática y cariñosa. Sobre que momento o lugar romántico para sorprenderla, señorita, no tengo nada que decir sobre eso. Las oportunidades para que eso sea posible son bastante bajas, así que no me molestaré en contestar esa pregunta.

Ahora solo quedaba una de las juezas, la laguz lobo que parecía alguien salvaje, pero mundana y muy sincera en sus intenciones. Estas preguntas tal vez sean las que mas me gustaría contestar, porque mi impresión es que ella valora las intenciones que esconden las palabras de los participantes.

-Mi mayor sueño es el de ser el guerrero mas fuerte del mundo. Quiero ser alguien que sea fuerte, no para buscar gloria o fama, sino simplemente para poder saber hasta donde puedo llegar. -Susurré orgullosamente, de manera que, pese a hablar en voz baja, todos sean capaces de oír lo que dije-Miedo… “Solo los tontos no temen”. Miedo a lo desconocido, a lo que está después de la muerte, a lo que se esconde en el manto de la oscuridad… Y a las arañas. Odio a esos bichos. -Haciendo un gesto de asco al decir mi pequeño temor, hice el ademán de que iba a escupir al piso, pero me contuve en el ultimo momento-Sean Laguz, Beorc o Estigmatizados, ¿Qué me tiene que importar a mi? Antes que nada, todos somos personas con sentimientos, sueños, miedos y objetivos en nuestra vida. Conocí varios Laguz en mi vida, y creo estar en lo correcto al decir que son más honestos que muchos Beorc que encontré en mis viajes.

Al terminar de contestar las preguntas, volví a colocarme en la fila junto a los otros “participantes”. Ya la mayor parte de la humillación había concluido, por lo que podía respirar tranquilo otra vez.
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"Rage against the Heavens"
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